Bajo del auto cerrando la puerta con seguro y entrando a la oficina, al ver que está por subir al ascensor doy media vuelta y camino a la cafetería que hay en la empresa y sonrío a la chica que atiende.

—¿Me puedes dar un capuccino? Por favor —casi ruego, necesito recuperar mis fuerzas porque siento que me desmayaré en cualquier maldito momento.

Asiente y no tarda mucho en servírmelo y extendérmelo, pago lo que tengo que pagar y salgo encontrándome con Ana.

—Hola Ana.

—Oh, hola Heather.

—¿Cómo estás? —le sonrío.

—Bien, estás muy pálida ¿Te encuentras bien?

—Si solo... tengo un poco de dolor de cabeza, no es mucho.

—Heather, espera.

—¿Qué pasa?

Su mano toca mi frente y frunce el ceño.

—No tienes fiebre, pero...

—¿Pero?

—No nada malo, solo deberías tomar un analgésico.

—Si gracias, de aquí tomo algo.

—Toma —rebusca en su cartera y me extiende una pastilla—, tómala para que te puedas mejorar.

—Gracias Ana.

—De nada.

—Bueno ahora si me voy a trabajar porque tengo muchas cosas pendientes.

—Está bien.

Entro al ascensor y llego a mi oficina sentándome y comenzando a avanzar trabajo mientras diseño un borrador más organizado del logo, reviso mi correo y me sorprendo al ver un correo de la universidad.

Comienzo a leer a toda velocidad y mi sonrisa comienza a ensancharse cuando leo las grandiosas palabras que básicamente avisan que mi tesis ha sido evaluada y aceptada y que el otro mes me graduó.

—¡Joder! —rio yo sola, intentando no llorar, tomo mi móvil y escribo un mensaje a Agus.

Heather: Adivina quien se gradúa el otro mes...

No tarda en responder.

Agus: ¡Tú! Oh por dios.

Cuando termino de leer el mensaje mi móvil suena y en la pantalla aparece el nombre de mi amigo.

—Ho...

—¡FELICIDADES! —la voz de Agus y Andrew hace que sonría y mis ojos se llenen de lágrimas.

—Joder, gracias. No saben lo feliz que soy.

—Hoy tenemos que emborracharnos —dice Andrew.

Yo rio.

—Es lunes ¿Estás consciente de eso?

—Pero mañana yo no tengo trabajo, ni Agus ¿Qué hay de ti?

—Yo sí.

—Qué más da, la resaca es para un momento, el recuerdo es para siempre.

—Lo pensaré —digo divertida, obviamente diré que sí y tomaré el riesgo.

—Bien ¿Qué haces?

—Estaba avanzando trabajo —suspiro.

—Oh bueno, pero que responsable esta mujer —dice riendo.

—Tengo que colgar chicos, el deber me llama —digo cuando veo como en el teléfono de mi oficina aparece el nombre de Jayden Harris.

—Bien, hablamos —cuelgan la llamada y tomo el teléfono antes de llevarlo a mi oído.

—Buenas tardes ¿Qué desea señor Harris?

—Señorita Levine, necesito que traiga condones a mi oficina.

—¿Condones? —pregunto haciendo una mueca en mis labios.

—Si señorita, esos que parecen globos, no demore.

Paso saliva sin entender que se supone que le pasa y para que carajos necesita condones si... Bueno nunca conversamos en ser algo exclusivo, pero tampoco pensaba que... Mejor lo olvido.

Me levanto de mi asiento y con un nudo de garganta bajo a pedirle preservativos a Ana.

—¿Tienes preservativos? —pregunto sin rodeos.

—¿Eh?

—Jayden me mando a llevarle —mascullo indignada.

—Aquí hay, creo que son los que la empresa de protección sexual que trabajo con el señor Harris y la empresa envió hace tiempo, pueden servirle.

Asiento tomando dos paquetes de diez, agradezco a Ana antes de subir al ascensor marcando el último piso.

Cada piso que avanzo hace que mi estómago se retuerza y cuando se detiene hago todo lo posible para no sentir náuseas y no mostrar lo afectada que estoy.

—Buenas tardes señor Harris, buenas tardes señorita —saludo con amabilidad a la linda pelirroja de ojos azules que está sentada encima del escritorio con el cabello y el labial hecho un desastre, cuando paso mi vista hacia Jayden quiero salir corriendo al ver su corbata y camisa hecha mierda, además de su pantalón con la correa desabrochada, niego lentamente intentando centrarme—Aquí está lo que me pidió —estoy por entregarle los paquetes y dar media vuelta, pero no puedo dejar que me pisoteen de esta manera—. Ah y por favor, le quería dejar claro que soy su asistente laboral eso quiere decir que me encargo de organizar su trabajo y reuniones no de traerle condones, si los necesita debería considerar la idea de ir a una farmacia o supermercado y comprarlos o en todo caso si es una emergencia tener la guardados en su cajón, eso es todo. Tenga un poco más de consideración porque yo si estoy trabajando. Que pasen buena tarde —sonrío forzadamente y salgo caminando a paso rápido después de dejar las dos cajas de preservativos en sus manos.

Marco a toda velocidad el primer piso y siento la primera lagrima caer por mi mejilla.

¿Qué me pasa maldita sea?

Bufo entrando a mi oficina guardando mis cosas en mi bolso y bajando a recepción donde se encuentra Ana.

—Me iré a descansar por hoy, no me siento bien y el dolor de cabeza empeoró, por favor le informas al señor Harris que aquí está todo el avance de la semana, sus horarios de reuniones de las dos siguientes semanas y tres logos y presentaciones acabadas, la de D2, la de la heladería y la del bar —le entrego la carpeta con los documentos y la memoria con todo lo que acabo de informar, pero de manera digital. Nos vemos mañana Ana, que pases buena tarde.

—Está bien Heather, que te mejores.

—Gracias —salgo de la empresa mientras marco el número de Andrew— Hoy nos vamos a la nueva discoteca que han abierto en el centro de la ciudad, esa latina —es lo primero que digo cuando contesta.

—Bien, le aviso a Agus.

—Genial, nos vemos en la noche.

Cuando llego al apartamento recién son las seis de la tarde así que me tomo mi tiempo para tomar una ducha larga mientras me relajo y obligo a no sentirme mal.

¿Cuándo he llorado por un hombre?

Nunca, bueno técnicamente nunca porque mi futuro da mucho que decir, pero eso no es a lo que me refiero.

Como apagué mi móvil para que cargue más rápido me centro en mí y en pensar en cualquier otra cosa que no sea Jayden y la bonita pelirroja.

Eso es lo peor, ella se ve muy linda y atractiva, estoy segura que yo no me veo así...

Jodida madre ¿Qué me está pasando? ¿En qué momento comencé a compararme con otras chicas?

Bufo estresada y cierro mis ojos antes de cerrar la llave de la ducha y salir del cuarto de baño, cubro mi cuerpo con unas simples bragas y un brasier antes de dejarme caer en la cama y cerrar mis ojos para descansar por al menos un rato. 




Quizás algún díaWhere stories live. Discover now