Cap 2

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Dylan despertó en una casa desconocida para sus ojos. Todo se veía raro cuando recién los abrió. Esas no eran sus cosas, ni su cama ni su ventana pero luego recordó que estaba en casa de Max.  No podía recordar como había llegado hasta la cama ni en qué momento había caído en sueño pero ahí se encontraba él, con una almohada en sus brazos húmeda por sus lágrimas.

Sus recuerdos llegaban hasta cuando Dylan entró y abrazó a Max, se acordaba de como Max lo había abrazado igual y de como le daba golpecitos en su espalda sin decir alguna palabra, recordaba que había llorado como bebé pero no se acordó de a qué hora se acostó a dormir.

Sus ojos se sentían pesados y le ardían cuando intentaba abrirlos por completo. Pasó sus manos por su cara y su cabello, revolviendolo. La manija de la puerta giró lentamente y una cabellera castaña clara se asomó.  Max lo vio y caminó para sentarse junto a él en la cama. Caminó tímidamente con las manos en sus bolsillos y luego se sentó junto a Dylan.

—Hola, Bro.—dijo Max con cautela.

—Adelante, di lo que quieras.—dijo Dylan resignado a que Max lo llamara por muchas cosas. Se dijo que ya no importaba, Max no podría decir algo que lo hiciera sentir peor de lo ya se sentía.

—No pienso bromear así. Jamás me burlaría de algo que te haga tanto daño, y aunque no sé qué es, quisiera ayudarte... Sabes que te ayudaría a enterrar un cadáver si es necesario.—Dylan sonrió un poco.

—Gracias, Bro... Eres el mejor amigo.—Max sonrió de lado. Guardaron silencio por unos segundos.

—Tus ojos parecen muy cansados.—dijo Max.—Para haber dormido hasta las tres de la tarde pensé que estarían un poco menos rojos.

—Mierda... Mi madre se enfadara.—salió de la cama.

—Hablé con ella. Dijo que "entendía" .—Max se encogió de hombros.—¿Tienes hambre?

—Si, un poco.

Bajaron las escaleras hasta la cocina de Max. La mesa estaba servida para dos personas y los platos estaban llenos de comida. Como si Max lo hubiera planeado todo. Dylan tomó asiento en el mismo lugar que siempre ocupaba. Max era hijo único y su casa solo estaba equipada para tres personas, su madre y su padre, qué era un militar, viajaba y no pasaba mucho tiempo con ellos, ese tercer lugar, que la mayoría del tiempo estaba vacío, era el que Dylan ocupaba cuando se quedaba en casa de Max. Comían en silencio, con el único sonido de los cubiertos tocando la vajilla.

Dylan dio un último bocado dejando menos de la mitad de su porción de comida. Miró a Max que lo observaba con detenimiento y con discrecion mal disimulada.

—¿Quieres saber?—preguntó Dylan.—Max asintió.—¿Cómo te sentirías si descubrieras que tu padre esta engañando a tu madre?

Max abrió los ojos. Había notado la rabia en la palabra "padre" cuando Dylan lo mencionó.

—¿Cómo te sentirías,—continuó Dylan—, si entrarás a tu casa y te dieran la noticia que tus padres se van a divorciar?... ¿Cómo te sentirías—su voz tembló un poco—si la persona que mas amas en el mundo te traicionara, si supieras la causa por la que tus padres se van a divorciar?.... ¿Cómo te sentirías—una sola lágrima cayó del lagrimal de Dylan.—si tu novia, la persona que amas,  se hubiera acostado con tu padre?

Max escupió su comida. Abrió los ojos sorprendido.

—¡No me jodas!—Max se descontroló. No podía creerlo.—Pero...—Dylan alzó una mano y Max calló.

—Ella lo conoció en el cabaret. Al parecer él se enamoró de ella y pues... Tu sabes de lo que ella trabajaba. Él le pagaba por sus servicios y luego llegaba a mi casa como si nada. Y ella hacia lo mismo. Los dos me engañaron. Se seguían viendo aun cuando yo estaba con...Selena—Dylan no podía decir su nombre sin que le doliera.

La Pro$tituta II: See You AgainWhere stories live. Discover now