¿A qué le temes?

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El sol apenas si se adivinaba al otro lado del bosque.

Por encima de su cabeza el cielo continuaba oscuro y estrellado. Un viento helado que no paraba de soplar, sacudía su cabello de un lado hacia el otro colándose también por entre sus ropas, las cuales se había calzado encima de la piel húmeda y helada que bañaran las aguas del lago.

Había intentado dormir. De nada le sirvió quitarse las botas y tenderse en la cama. Tenía la mente dando vueltas y vueltas, y como se conocía a sí mismo muy bien, dio por perdida la batalla incluso antes de que comenzara. Al menos, si no conseguía aclarar sus ideas con un par de horas de sueño, lo haría con una zambullida en las aguas del lago. Había estado allí nadando por un buen rato, sumergiéndose por completo debajo de la superficie para ahogar los pensamientos. Estos lo siguieron a las profundidades del agua, conteniendo la respiración por mucho más tiempo que él.

Al final desistió de asesinarlos para quedarse parado sobre las rocas heladas del río, fijando la vista en el castillo allí arriba. Solo, en el agua helada, lo vio hasta que el tiritar de su cuerpo le impidió hacer foco en las banderas que hondeaban en sus torres.

Más pálido y frío que nunca, Conrad salió del agua para trepar por la horilla a paso lento.

Antes de vestirse, temblando como una hoja bajo el asedio de la más fuerte de las tormentas, lío un cigarrillo. Le costó errores y fue una verdadera proeza que todo su tabaco no acabase entre las rocas. Al menos se quedaría con la satisfacción de haber podido liarlo con el cuerpo temblando descontroladamente.

La primera calada que le dio a su cigarrillo tuvo el sabor de la victoria.

Lo fumó todo con la piel expuesta al frío de las primeras horas del día.

Al terminarlo, se vistió despacio, colocándose por último sus botas después de examinar las suelas. Tendría trabajo allí pero antes debía ir a ver a Tasken.

El agua, el frío y el cigarrillo le ayudaron a recuperar parte de su persona y por eso se sentía más seguro de ir a enfrentar a Tasken.

Remontó las escaleras de piedra que trepaban por la pared de la ladera en dirección a la casa.

Hubiese preferido tomar un trago antes. Eso debería esperar, no podía permitirse el perder la oportunidad de hablar con Tasken antes de que comenzase con sus labores diarias. Él, al igual que el resto de los sacerdotes comenzaban sus días antes del alba; ellos también, pero los sacerdotes tenían sus días poblados de estrictos horarios los cuales no solían modificar. No planeaba tener que esperar a que pasasen las dos horas de oración de Tasken con el resto de los sacerdotes para poder hablar con él porque en medio de esas dos horas de oración se encontraba la hora en que debía ir a por Amelia y eso no podía suceder. Se sentía completamente incapaz, desde su crisma hasta la planta de sus pies, de hacerse cargo de Amelia.

Conrad evitó la puerta delantera de la casa y la rodeó para llegar al ala trasera. Pasado uno de los jardines, estaba la capilla en la que los hermanos se reunirían dentro de una hora.

Utilizando la puerta por la que ellos solían salir para ir a oración, ingresó en el caserón. Llamar casa o caserón a aquello era un tanto ridículo porque si bien no tenía el tamaño del castillo, sobraba espacio para traer a vivir aquí, a media villa.

De un salto remontó los primeros dos escalones de la escalera caracol. Tasken tenía su habitación en aquella torre, en el último piso, en el quinto. Un sitio frío, por el que se colaba el viento hasta por las sólidas piedras de las paredes.

Allí arriba, debajo del techo en forma de cúpula, Tasken vivía y trabajaba como si fuese un ermitaño. Bueno, en cierto modo lo era. Tasken no era ni la persona más sociable ni la más conversadora. Tampoco tenía muy buen carácter, al menos no cuando estaba frente a él y para Conrad, incluso sabiendo todo lo que sabía de su mundo, el sacerdote, en mucho más de un modo, le resultaba muy difícil de comprender. Sus visiones, sus poderes, su manera de vivir.

Trilogía Cofradía Negra. 1 "Eclipse Total"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora