-No es posible que me enamoré de ella-.

-Eso dicen todos-

(Rain)
Al día siguiente decidimos ir a la playa.
El haber visto a Alex con Sharon montándoselo en el baño me había dolido muchísimo y no se como hice para no matarlos a los dos, pero también sirvió para darme cuenta de que tenía que subir el nivel del juego. Ya tenía 16 años y por fin mi cuerpo podía comparase con Sharon, y según ciertas opiniones masculinas hasta ganarla.
Desgraciadamente la única opinión que me interesaba no se había pronunciado, y eso iba a cambiar.
Hoy me había propuesto demostrarle que podía volverlo completamente loco de deseo.
Me puse un bikini rojo, muy provocador, y practiqué mi actitud de mujer fatal. Al final desistí del intento de actuación porque no me sentía cómoda, iba a hacerlo de manera casual.

Bajé las escaleras con mi short vaquero y una blusa que dejaba mi ombligo al aire, sin abotonar de modo que enseñaba la parte superior del bañador.

Le encontré en el camino que daba a la casa. Estaba increíble, repasé cada centímetro de su cuerpo con la mirada, sus bíceps, su espalda...
Tuve que respirar hondo para calmarme y no saltarle encima.
Me acerqué despacio y al pasar por su lado me incliné para darle un beso en la mejilla en plan fraternal.
Le di un beso lento y, aprovechando que era alto y tenía que ponerme de puntilla, apoyé mi pecho en su brazo.

-Buenos días-

-Bu... buenos días-

Estaba nervioso, me encantaba verlo así por mí.

-¿Vas a salir así?-
-Sí, ¿por?-
-Nada no importa-

Y continué mi camino como si nada.
Cuando llegamos a la playa, colocamos las toallas, los bolsos y la sombrilla en una cala más o menos resguardada del resto de bañistas. Por una vez me alegraba de que a mamá no le gustase estar con la multitud. Ella se fue a tomar algo al chiringuito que quedaba a 10 minutos.
Y decidí poner en marcha mi plan.
Primero me coloqué delante de él de perfil, y comencé a quitarme la ropa para quedarme solo con el bikini.
A medida que me la quitaba, algo más despacio de lo que lo haría normalmente, notaba su mirada recorriéndome.
Cuando acabé me senté a su lado, él había sacado una coca cola de la mini nevera.

-Alex ¿estás bien? Te noto acalorado-
-Es el sol simplemente- contestó sin mirarme.
-Ah. ¿Te puedo pedir un favor?-

Se puso tenso.

-¿Cuál?-

Sonreí pícaramente en mi mente.

-¿Podrías ponerme crema?-

Y le pasé el bote de protector solar.

Estaba congelado.

-Alex, la crema-
-¿Eh? Ah, sí claro-

Me tumbé en la toalla, retiré mi pelo de la espalda, e incluso deshice los lazos del bañador con la excusa de que así sería más fácil.
Alex empezó su trabajo. Sus manos empezaron en mi cintura y subieron a mis hombros, sus caricias me encantaban, eran suaves y firmes. También pasó por mis brazos. Casi podría jurar que estaba tardando más de lo que debería, y yo me estaba empezando a calentar.

-Ponme en las piernas también-

Y lo hizo, prácticamente me estaba masajeando de arriba abajo. Incluso había momentos que sus dedos pasaban la curva de mi trasero y eso me hacía estremecer.
Había llegado el momento de jugar mi última carta.
Con los lazos deshechos, me giré y me puse bocarriba, el top aún me cubría pero un ligero movimiento y ya no lo haría.

-Ahora por delante-

Dudó un instante, de modo que cogí sus manos y las llevé a mi abdomen. Le guié durante un rato hasta que se relajó y siguió el solo.
Tras un rato disfrutando de sus caricias, dejé caer casi por error el top, y le mostré mis tetas.

-Rain, cúbrete-
-Tranquilo Alex, soy tu hermana ¿no es así? Tú nunca me tocarías de esa manera ¿verdad? ¿No es eso lo que me has dicho hasta el cansancio?-
-Rain, por favor-
-¿O será en realidad que eres un mentiroso y me deseas como a cualquier mujer?-

Diciéndole esto llevé sus manos hasta mis pechos y las moví sobre ellos.

-¡Al diablo!-

Y empezó a hacer lo que tantas veces le había pedido, los masajeaba, apretaba y acariciaba de una manera deliciosa. Después empezó a jugar con mis pezones, pellizcándolos y rozándolos.
Pero cuando se los metió en la boca fue demasiado, tuve que taparme la boca para no gritar. Finalmente colapsé.
Mi respiración estaba agitada, y Alex rozaba su nariz con la mía.

-¡¿Qué estáis haciendo?!-

Los dos giramos la cabeza y vimos a nuestra madre mirándonos.
Nos apartamos y me cubrí con los brazos.

-Mamá nosotros...-
-¡Habíamos hablado de esto Alexander!-

Estaba tan avergonzada que no podía ni mirarla a la cara.

-Ha sido culpa mía- dijo él.

Le miré, se estaba echando la culpa por mí.

-¡No me importa quién haya sido! Rain ven conmigo.-

-Sí, mamá-

Una vez que estuvimos alejadas de allí se dio la vuelta y dijo:

-Estoy muy decepcionada de ti-

Y las lágrimas se acumularon en mis ojos.

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Hola lectores/as, este capítulo pude considerarse como un regalo para vosotros de mi parte. Para que poco a poco vayáis descubriendo como era la relación de estos 2.
Además quiero pediros un favor: tengo una amiga que está escribiendo una historia, buena en mi opinión, pero a pesar de que la gente la lee, nadie le comenta y muy pocos votan.
Esto la tiene muy deprimida y se plantea el dejar la historia...
Por eso pido que os paséis por allí y le echéis un vistazo, le comentéis y votéis (sobre todo comentad)

Aquí os dejo la reseña.

Nació amistad , murió amor

Autora: bmargarit.

Sinopsis: Rebecca Knight, jefa de las animadoras y una de las personas más importantes del instituto Saint Jacobson, una chica astuta, problemática, terca y bastante borde.

Derek Alessandri, observador y relativamente tranquilo, popular debido a su apellido.

¿Qué les une?

Una estrecha amistad durante la infancia que ya se ha extinguido.

¿Qué les separa?

La capacidad de olvidar el pasado y de no guardar rencor.

¿Qué pasaría si.... por causas del destino tuvieran que empezar a pasar más tiempo juntos?

¿Tienes curiosidad?

¿Sí?

Yo también.

¿Por qué me haces esto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora