¿Quién dijo que la princesa encantadora era Athanasia o Jeanette? Eso es porque no ha conocido a Cassiopea de Alger Obelia, la dulce hermana del emperador y la brillante princesa de Obelia.
No importa cuantas concubinas tenga el emperador o cuantas...
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La rubia toma una de las galletas del chocolate y le da una mordida, entonces sus ojos se dirigen hacia su hermano que estaba sentado en frente suyo dándole una mirada fulminante, aún no hacían las pases del todo, ya era mucho que la princesa asistiera a la reunión de té, sin embargo, desde que lo saludó de manera formal no dijo nada más.
━ Cassi... ━ Llama el soberano en un tono suave y la mencionada continúa comiendo con tranquilidad ━ Cassiopea ━ Vuelve a llamar y en respuesta obtiene un profundo silencio
━ ¿Félix, tú escuchaste algo? Yo no ━ Es lo único que dice la joven observando al escudero
El pelirrojo traga en seco ante la mirada sombría del emperador y se queda en silencio. Sentía que si abría la boca podía perder su trabajo y hasta la vida.
━ Princesa, su majestad está muy arrepentido debería perdonarlo ━ Dice el pelirrojo cuando finalmente pudo armarse de valor y en respuesta el rubio ya no parece mirarlo como antes
La princesa detiene la galleta que se iba a llevar a la boca y la deja sobre los otros bocadillos, entonces agacha la mirada apretando la tela de su vestido.
━ ¿Y luego qué? ━ Pregunta en voz baja y luego levanta la miradas, sus ojos estaban llenos de lágrimas ━ ¡Antes pasó lo mismo, olvidó que íbamos a cenar juntos! ¿También tengo que perdonarlo si es así? ¡No quiero, no quiero! ━ Antes de que Claude pudiera detenerla la rubia ya se había levantado y corrido
━ ¡Cassiopea! ━ Grita Claude colocándose de pie yendo en busca de su hermana
Félix suelta un suspiro para luego ir en el mismo camino en el que los hermanos habían desaparecido. La familia imperial era todo un drama.
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La joven de brillante cabello rubio se detiene en uno de los pilares del gigantesco palacio tratando de controlar su respiración mientras apoyaba sus manos encima de sus rodillas, su pecho subía y bajaba a cada segundo que pasaba. Tuvo la suerte de perder de vista a su hermano, pero sabía que pronto la encontraría.
Por ahora no quería hablar con él, la única razón por la que fue a la reunión fue porque Elise prometió estar ahí con ella y al final se fue. No tenía caso quedarse en un lugar en el que se sentía incómoda.
