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—Hey Byers—Aslan antes de seguir con la oración se detuvo abruptamente—¿Y ese olor?—hizo una mueca, seguida de arcadas
—Fue Dustin-acusaron todos los niños mientras guardaban sus pertenencias
—Amigo ¿Qué comiste?—continuo y tan rápido como entro, se dispuso salir
Hace un mes que Will había regresado al Hawkins real. Hace un mes que habían logrado salvarlo de aquellas bestias. Viese como lo viese, todo resultaba tan irreal, desde su desaparición a otra dimensión, hasta el gobierno involucrado... definitivamente todo parecía sacado de una película de ciencia ficción con presupuesto tan malo como las criticas.
Cuando Byers despertó, lo primero que hizo Aslan fue tumbarse encima de él, mientras lloraba a moco tendido. Incluso se rehusó a dejarlo solo en su estadía en el hospital. Aquello les dio tanta pena a las enfermeras y a la familia de su amigo que, dejaron que durmiera allí. Tristísimo.
Harrington tenía claro algo, conoció la sensación de perderlo, y no quería volver a experimentarla
—Espera, ¿Qué haces aquí?—preguntó Will
—Eh, mi hermano me trajo ¿Recuerdas lo que pasó la semana pasada?—el contrario asintió—Bueno, aún estoy castigado. Y me quede sin cena. Eso hasta que tu madre me invito a su cena familiar.
—Básicamente, te escapaste—dijo Dustin.
—Mamá cree que estoy cumpliendo las 120 horas de voluntariado, así que técnicamente no. El jefe se encargó de hablar con ella.
—Espera ¿Qué paso la semana pasada?—preguntó Lucas.
—Robo una motocicleta—dijo Jonathan con el ceño fruncido
—¿Qué hiciste qué?—esta vez fue turno de Wheeler en preguntar
Henderson y Sinclair lo observaban en silencio
—¡No la robe! Solo... La desarme
—Claro, y como hizo eso sin robar—susurró Mike
—¿Y no me llevaste contigo?—Lucas estaba indignado-Creí que éramos compañeros de espionaje—A la próxima invítame
—Oh no, niños. La cárcel es dura, peor para niños como ustedes
—Correccional—corrigió Jonathan sin ser escuchado
—¿Para ti no lo fue?—dijo Dustin
—Claro que no, sobreviví al cuchillo dos veces
—¿Al cuchillo?
—Oh, sí, te apuñalan al entrar—mintió, porque si unos de esos niños se convertía en delincuente, la culpa iría hacia el—Pero no fue del todo malo, gane mi apodo, Strike.
—Deberías dejar de robar—Jonathan llevo una de sus manos al hombro de Aslan, perplejo ante esa anécdota
Con aquella simple acción hizo que en todo el cuerpo del adolescente recorriera una corriente eléctrica.
