No doy para más.

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Debí callarme desde que dije la primera palabra.

Eso siempre me dijo mi madre, ella dejaba en claro algo y es que, yo siempre hablé demasiado.

Tres palabras pueden cambiar tu vida, eso es algo que ahora se, las cosas no siempre salen como planeas, eso es algo que también se.

Escribo poco, aunque me sobra tiempo para hacerlo más a menudo, pero... ¿Para que escribir si la conclusión siempre serás tú?, Si, lo confieso, tú serás siempre.

Y estoy más que consciente de que no debería, de que tú piel hace mucho dejo la mía, y eso está bien, está bien porque yo lo decidí.

Ojalá alguien me hubiera advertido que uno no puede sacar a alguien de tu piel si ya está metida en ella.

Porque tú, toda tú, estuviste allí, estás aquí y por alguna razón aún no quiero que te marches.

Hablé de más aquella vez en la que te conocí, y hablé de más con aquella chica en la tienda de libros, porque si, tú siempre fuiste más de música y yo más de libros, tú siempre fuiste más de climas fríos y yo de calientes, tú siempre fuiste más silvestre y yo más de la ciudad, tú siempre fuiste más de verdades y yo de mentiras, y aunque esas solo sean razones para no estar contigo, a mi solo me llevan a una cosa; tú siempre fuiste.

Mientras te escribo esta carta, aquella chica con la que hable de más en la tienda de libros está preparando una limonada porque ya es verano, no escucho a Queen, no hay zapateos en el suelo, todo está en paz, eso solo me lleva a otra conclusión: la paz está sobrevalorada.

Se que tu ya no escribes sobre mi, y que ya seguro no me recuerdas, pero apesar de no haberme callado cuando dije la primera palabra, siento que tú hablaste de más cuando dijiste esas estúpidas tres palabras que arruinaron mi vida, porque aunque dijiste "no te amo" yo sé que en el fondo lo haces, y aunque no lo merezco, espero ser un poco más egoísta y aprovechar eso para ir por ti.

Te ama, tú siempre sincero.

Esther G.

Besos

entre sarcasmos y yo.Where stories live. Discover now