- Bueno... - cierro la puerta del coche, doy la vuelta a la parte posterior para tomar la llave del contacto y después activar la alarma, viendo las ventanas subir - Puede ser que demore algunas horas más, pero nace hoy. ¿Estás emocionado de conocer a tu hermana pequeña?

Lo dejo en el suelo para tomar las bolsas con las cosas de Amelia y luego sostengo su mano, guiándolo al hospital.

- Mucho, mucho. No puedo esperar. Mamá dijo que tengo que protegerla - empieza a hablar sin parar, gesticulando frenéticamente con la mano libre - Mami, ¿crees que le voy a gustar?

- Ella te va amar, hijo - digo sincera, sonriendo a mi pequeño. Nos detenemos en recepción para hacer la ficha de Amelia antes de entrar a la habitación dónde ella probablemente ya está siendo instalada - Es imposible que no le gustes.

//

Después de completar todo el proceso, llamé a mis padres y mis suegros. Le avise a Marina y ella ya estaba despertando a Ian para que pudieran venir aquí. No sé si sería buena idea, ya que tiene al pequeño Harry, pero estaba demasiado animada con el "Bebé Luimelia" como ella misma lo llamó. Tenía miedo de que fuera a secuestrar a mi hija tan pronto como naciera sólo para tomar fotos de todos los ángulos posibles.

Y créanme, Marina es capaz de hacer eso.

Después de haber conversado rápidamente con el médico, fui de nuevo a la sala de espera, no quería dejar a mi hijo solo, pero también quería estar con mi esposa. Por suerte Natalia fue la primera en llegar, venía acompañada de su novio, Carlos. Los dos me felicitaron varias veces, los salude y pedí casi con desesperación que cuidaran a Louis mientras estaba con Amelia en la habitación. Me despedí de los dos y de mi hijo, asegurándole que pronto volvería con su hermana.

En el camino converse rápidamente con nuestro obstetra sustituto, él me aseguro que los partos por lo general son demorados. Y exhaustivos, demora algunas horas para terminar. Así que estoy usando todo ese tiempo libre para mantenerme en calma. La Dra. Chelsea había ido a visitar a sus padres en Nueva York, no sé si conseguirá llegar en el momento que nazca mi hija.

Estoy muy ansiosa y desesperada, siento que puedo explotar en cualquier momento.

- ¡Luisita! ¿Por qué me dejaste aquí sola? - Amelia grita en cuanto entro a la habitación donde se encuentra instalada.

Aliso mi nuca, sonriendo torpemente y cierro la puerta, acercándome a su cama con miedo extremo. Tiene el rostro rojo, no puedo decir si por calor o el sentimiento de ira. Pues bien, la habitación tiene un clima agradable, entonces probablemente quiere matarme. Vacilante, llego lo suficientemente cerca de ella.

- Calma, amor - pido casi en desesperación, ella resopla y se cruza de brazos. Un enorme puchero en sus labios y sus fosas nasales infladas, soltando aire ruidosamente por ellas - No puedes estresarte tanto. ¿Recuerdas lo que dijo la doctora? Inhala y exhala.

- ¿Tu crees que estoy como para inhalar y exhalar con todo este dolor que siento? - no puedo evitar sonreír, se ve linda enojada - ¡Que no sonrías Luisita!

- Perdón amor, es que... tienes que estar tranquila ¿si? No te molestes.

- No estaría molesta si estuvieras a mi lado como prometiste - tan pronto como termina de hablar, su rostro se contorsiona de dolor y ella descruza los brazos, agarrando el colchón y gruñendo - Joder, joder.

- ¿Una contracción? - ella sólo asiente, mordiendo con extrema fuerza su labio inferior, tanto que comienza a perder color, poco a poco se torna pálido. Sostengo su mano, haciendo que me mire por unos instantes - Puedes apretar mi mano si quieres.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now