01- Hay un hombre en el río

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– Es tan viejo y aún no se ha casado.

– Pobre señora Park, tener que cargar con ese chico tonto. Si yo fuera ella ya lo habría vendido hace mucho tiempo.

Jimin se detuvo cuando escuchó eso. Sus ojos se posaron en la mujer gorda que sostenía una gallina atada en sus manos.

– Lo quiero. – señaló la gallina.

– ¿Eh? ¿Estás loco? Chico tonto, está gallina es para mi nuera, tu no puedes comerla. – gruñó la mujer.

Jimin continúo mirando a la gallina, luego corrió de regreso a casa y arrastró a su madre por el brazo señalando la gallina en manos de la mujer gorda.

– Mamá, lo quiero.

– Oh, Jimin. No puedes comer gallina, mamá no tiene dinero. ¿Que tal si mejor vas a jugar y mamá pensará en una forma de cazar un pollo salvaje, sí?

Al pensar que el pollo salvaje será más grande y gordo que la gallina en manos de la mujer asintió.

– Uno gordo.

– Sí, sí, uno muy muy gordo. – asintió su madre.

– ¡Si! – Jimin corrió a jugar olvidando por completo su pelea con la mujer.

Cuando llegó al río se quitó sus zapatillas de mimbre y pisó la arena con sus pies descalzos. En poco tiempo vio como los pequeños cangrejos salían. Rápidamente los atrapó y los puso en la canasta.

Continúo jugando mientras recogía cangrejos, conchas y otros animalitos pequeños que salían de la arena, hasta que por error resbaló y cayó al agua.

– ¡Eso es, muere! – la joven que fue regañada por su madre estaba lavando su grano a un lado del río y sonrió cuando lo vio tropezar y caer al agua.

Ella no llamó a los aldeanos para que ayudarán a Jimin, en vez de eso se sentó junto a un árbol viendo como el chico tonto se ahogaba.

Jimin sintió pánico cuando cayó al agua y no podía ponerse de pie, sus piernas parecían no alcanzar el fondo. Podía escuchar los latidos de su corazón, intentó mover sus brazos y piernas como lo hacen los hombres cuando juegan y pescan en el río pero no podía.

Sus ojos comenzaban a cerrarse y la presión del agua parecía arrastrarlo al fondo, fue ahí cuando de un momento a otro el sol se apagó y luego la luz renació. Jimin sintió su cuerpo mas liviano y luego salió de regreso a la superficie. Su cuerpo parecía haber aprendido a nadar solo, con un par de movimientos pudo flotar con normalidad y estaba listo para regresar a la orilla cuando por el rabillo del ojo vio un cuerpo flotando en el centro del río.

Asustado salió rápidamente del agua y se arrastró en el lodo, miró el cuerpo flotando pensando que era un muerto. Si lo tocaba podía llevárselo como dicen los cuentos, el fantasma del agua.

Solo después de calmarse un poco se dio cuenta que el hombre en el agua no se veía como un fantasma, mucho menos parecía estar muerto. Su rostro estaba pálido pero no como cuando sacan a la gente ahogada.

Jimin lo pensó y corrió hacia el árbol más cercano. Niya, la mujer que se regocijaba por su muerte lo vio acercarse y se escondió entre las piedras, si ese loco la veía y la empujaba ¿No moriría ella primero?

Jimin no la vio y pasó de largo intentando agarrar una liana, después de romper la vid, corrió de regreso y saltó al agua. Para entonces su madre ya había sido informada de su accidente, cuando la señora Park llegó presa del pánico encontró a su hijo volviendo a saltar al agua.

Ella pensó: ¡alguien molestó a mi hijo y ahora ya no quiere vivir!

Cómo loca se apresuró a saltar al río detrás de su hijo, fue solo ahí que se dio cuenta que su pequeño diablo podía nadar y estaba arrastrando a alguien con él.

La vida feliz del esposo doblegado - YMWhere stories live. Discover now