CAPITULO DIECISEIS

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NARRA CLAIRE

Antes...

—¡ven, corre!— reí a carcajadas mientras Stefan me jalaba de la mano hacia un local cercano.

La lluvia había iniciado de la nada y nos había empapado, buscamos con rapidez donde podríamos resguardarnos de la lluvia.

— estoy empapada...— murmuré divertida— por cierto, había una leyenda sobre qué los vampiros no toleraban el agua.

— bueno, estoy seguro de que algunos años empezar a romantizarnos, así que no me parece raro.

—¿tú crees?

Tomo mi mano y me jalo a él.

— yo creo que volvemos locas a las señoritas— murmuro cerca de mi rostro.

— ya lo creo que si, señor— le devolví la sonrisa, a mi costado pude notar donde estábamos... era una disco

Todos allí parecían tan des complicados y libres, moviendo sus cuerpos con libertad y dejando que la música los guiara

Stefan lo noto, se separó un poco y haciendo una reverencia dijo...

—¿me concede este baile, señorita?

(....)

Después ....

El baño caliente me ayudó a relajarme, sentía los músculos tensos y la mente cansada, aquella excursión en la mente de Alaric me había afectado, sentía aún la sangre correr por mi garganta, pude morir enserio.

Tome la toalla con fuerza al ver quien me esperaba en la habitación.

Stefan levantó la mirada desviándola casi al instante al ver mi incomodidad.

Señaló la prenda que descansaba en la cama

— es de Elena, supuse que no querías volver a ponerte la camisa ensangrentada.

Asentí.

— si, gracias — el no dijo nada, simplemente camino hacia la salida.

Ya me estaba acostumbrando a ver su espalda alejándose.

—Stefan... — él se detuve, y entonces mi mente se desconectó y dije aquello que tanto retenía desde que había vuelto— ¿que se siente matar a alguien?

Suspiro, el tambien lo sabía, sabía que yo nunca había matado a alguien, el hecho de que mi gen de lobo aún no despertara se lo confirmaba.

— depende de quien seas — al fin se giro a mirarme, sus ojos brillaron un poco ante la tenue luz— hay quienes sienten place, o quienes sufren o simplemente se culpan.

— siempre pensé estúpidamente que era una buena chica — suspire — pero eso era antes de que mis hermanos se convirtieran en lo que son, desde que regrese pienso que tarde o temprano pasará, terminaré matando a alguien... y me asusta la culpa.

Había sentido las emociones de Stefan, la culpa era terrible, no quería sentirla, no quería que yo misma me la provocara.

Stefan suspiró, sus músculos tensos me hicieron recordar que estaba solo en toalla frente a él

— a pesar de todo— empezó — de verdad espero que nunca tengas que pasar por ello.

La sinceridad en sus palabras me calmaron un poco.

Tuve que rogarle a mi tonto corazón que no se ilusionara más

(...)

La camiseta de Elena me quedaba bastante apretada pero al menos era algo.

BROTHERHOOD-- TVDOù les histoires vivent. Découvrez maintenant