Prólogo

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En un lugar de la Mancha cuyo nombre no quiero acordarme vivía una chica normal con una vida normal. Se rodea de chicos, ella no entiende a las otras chicas, nunca lleva maquillaje y muchos menos vestidos. Vivía en una pequeña aldea llamada Navamorcuende en una entrañable casita con una adorable chimenea. Contaba con un pequeño jardín en el que tienen un par de gallinas. Tiene 7 hermanos y un perro Paquito.

Ramona prefería el campo y la tranquilidad de su aldea al barullo y estrés de la gran ciudad a la que se tenía que ir a estudiar en breves. Ella estaba muy cómoda cuidando de sus animales, en especial a sus animales de granja y a su pastor alemán llamado Paquito, pero continuar sus estudios en aquella ciudad en la que murió su madre era lo que ella más hubiera querido, que descubriese mundo más allá de Castilla la Mancha.

Las aficiones de nuestra protagonista no son iguales a las típicas adolescentes rubias oxigenadas, ella era mucho más sencilla, no le gustaba los vestidos, pero, hacía una excepción para infundirse en el traje regional de su pueblo. Ramona disfrutaba desmesuradamente de la jota tradicional la cual nunca podía dejar pasar en las fiestas regionales, era todo un honor para ella. Ramona se pasaba los días en el campo, la cosecha era su pasión y el de toda su familia desde hace mucho tiempo. En los días más especiales, le encantaba ir a los pueblos de sus alrededores para disfrutar del fútbol.

En la escuela local de pueblo llamada "CEIP Naturaleza en estado puro" acabó la primaria y de ahí tuvo que emigrar al pueblo vecino Carrero para empezar la ESO. La idea de moverse de su pueblo no la hacía mucha gracia, pero ella sabía que en este gran mundo sin estudios no eras nadie. Al menos allí no era tan diferente como su pueblo, hizo amigos de pueblos de alrededores y no estaba a más de 5km de distancia y la gente seguía siendo igual de campechana que ella e incluso conocían a su padre, eran una gran familia. Y allí es cuando descubrió su pasión e interés por la carrera de Ingeniería de Agronomía gracias a uno de los libros de publicidad de la universidad emperador juan carlos (UEJC), lo único malo de eso sería salir de su pueblo, aunque fueran unas horas a la gran ciudad para estudiar.

Dentro de poco iban a ser sus últimas fiestas de su pueblo antes de emigrar a la gran manzana para continuar con sus estudios. Tendría una última oportunidad de disfrutar con la misma ilusión de estas ansiadas fechas antes de emprender el gran camino para su esperado futuro.

Ramona estaba planeando con su peña "El petardo rojo" los últimos detalles cuando iban a traer a la charanga y cuando iban a comprar aquel Larios y Negrita a "La Paqui" para los que eran, contando eran Rulas, Jaimito, Amador, Nachete, Orgaz, Riojano, Guillermo, Cano, Beto y "el gallego", el mejor amigo de Ramona. Además, tenían que comprar cada uno una bandera tamaño estandar de España para ver los toros en la madrugada del segundo día de las fiestas. Después, como seguía la tradición, colgarían estas banderas en la caseta. Este año tenían un significado muy especial para Ramona. Para los "petardazos", no había buena corrida sin el bocadillo de tortilla que preparaba con gran esmero la Paqui. Quedaban únicamente horas para que fuera el día y Nacho y Rulas ya habían ido a por el altavoz y habían asignado a Ramona y el gallego ir a la Paqui a por el alcohol además de pasarse por la finca de Guille a recoger la caseta. Todo iba sobre ruedas, así que después de recoger todo y meterlo en el local de Edu, el padre de Ramona se acostó hasta que acabaron las películas antiguas de la España mejorada según ella. Ella no entendía las nuevas películas, donde estén las películas de culto de Marisol que se quite el resto. Seguramente la familia de Ramona era la única familia de España que conservaban VHS por la simple razón de que aquella colección de las películas de Paco Martínez Soria que daban de obsequio en aquella revista popular.

En el pueblo vecino, Carrero vivía un joven tractorista que amaba más al campo que a todas las especies de aves que cazaba por placer. Este joven se llamaba Mario, tenía 20 años y era hijo del cazador más conocido de los montes de Toledo, Juan de Dios. Además, su madre era Paqui, que tenía una tienda de ultramarinos en el pueblo de Ramona, por lo que todos conocían a la Familia De Dios-García. Entre sus aficiones estaban la cazar, ordeñar al rebaño de cabras, ovejas y vacas, esquilar, ir a por las olivas y pasear a su caballo Pepe el Rebelde.

Mario vivía en el pueblo, pero le gustaba mucho salir de fiesta con sus amigos a grandes discotecas en la ciudad más próxima. Por eso ni se le pasaba por la cabeza no ir a las tradicionales fiestas del pueblo de al lado.

Me enamoré de un forasteroΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα