Prólogo

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La obsesión siempre ha sido una característica que el humano no puede evitar. Todos alguna vez se han obsesionado con un cuento tal vez, igualmente podría ser alguna serie. La verdadera preocupación se da cuando esa obsesión se genera por otra persona, ese sentimiento donde lo único que deseas es estar con ella, saber dónde esta y que hace a cada momento. Llegando esto a limites donde solo quieres que esa persona sea tuya y de nadie más.

Hay una chica que me gusta. Siempre vigilo lo que hace y con quienes se junta, no quiero que lo descubra ella ni nadie de este lugar. Pero ese no es el problema... Ella esta muerta.

Un noche fui a buscarla a su celda para ir a fumar algo, eramos amigas asi que no era de extrañar si alguien más nos veía. —Hey Yoli, escuche que llego una nueva a tu celda.

—Oh si, se llama Macarena. ¿Sabes? Es bastante divertida, le cayeron 7 años y aún insiste en que fue un error.

Escucharla hablar siempre fue un placer para mi, no suele caerme bien la gente habladora pero su voz es simplemente adictiva. —Es una lastima no poder estar mucho con ella, ya me queda poco para salir de este lugar... También te extrañare a ti, eres una increíble amiga.

Cierto, solo somos amigas.

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Hay una chica que llego a la cárcel hace unos años, se llamaba Yolanda y escondía 9 millones de euros, nunca le dijo a nadie dónde se encontraban. Jamás intereso hablarle y mucho menos ser su amiga aunque fue una total desgracia lo que le sucedió, dicen que su cuerpo estaba rosa cuando la encontraron.
"Hmm, unos guardias casi me descubren ese día"

Muñequita Linda | Vis a visDonde viven las historias. Descúbrelo ahora