Capítulo 31. Confianza y actitud.

Start from the beginning
                                    

- En teorías, si - mi frente se frunce en confusión - Quiero decir, no me podías ver parecía que estabas corriendo del diablo.

- Eras como el diablo.

- Siempre fui un angelito - sonríe tierna.

- Tonta - sonreímos - Te miraba con miedo.

- Sí, exactamente de esa forma. Recuerdo el día que Marina te amenazo con cortar tu cabello y viniste a hablar conmigo - ella mira hacia adelante, más precisamente hacia el cielo. Su mirada se torna nostálgica - Dijiste haber escuchado algo sobre un desafío. No recuerdo bien, alguna cosa así. Creo que fue una apuesta, ¡Sí! ¡Sí! Fue eso.

- ¿Una apuesta? - pregunto más para mí misma.

Cierro los ojos y respiro profundamente, aquella palabra resuena en mi mente. Trato de recordar de lo que está hablando, pero todo lo que consigo ver es gran falta de definición de nada.

Es frustrante, ¿saben? Querer recordar tu pasado y no poder por el simple hecho de que tu cerebro no quiere cooperar contigo.

- ¿Luna? ¿Estás bien? - escucho la voz de Amelia a la distancia, siento mi cuerpo un poco ligero. Es una sensación que sientes cuando estas borracha o fumaste marihuana. Es como flotar sin salir del suelo - ¿Cariño? Habla conmigo por favor, no me asustes.

Siento una presión en mis hombros, trato de abrir los ojos para mirar a mi esposa y pedir ayuda. Pero todo lo que siento es la oscuridad consumiendo todo y entonces simplemente no recuerdo nada más.

Corro por los pasillos desesperada. Mi mente es una eterna confusión, trato de encontrar un lugar para esconderme. Ella no puedo encontrarme, ¿por qué ella me está persiguiendo? Todo bien con que lo hacía antes, pero parece que ahora es mucho más que antes.

Es aterrador.

Miro a mi alrededor, algunas personas pasan por el pasillo, no parecen notarme. Menos mal, no quiero tener que ir explicando a alguien. Debo estar con apariencia de una loca que está huyendo de alguien más loco. ¿A dónde voy ahora? El cuarto de baño.. ¡Sí!

Corro por los pasillos, entro al baño de mujeres y voy a la última cabina. Mi corazón late más rápido en mis oídos.

- De acuerdo, Luisita, trata de tranquilizarte - respiro profundo varias veces para calmarme y ser capaz de pensar con claridad.

Dentro de poco sonara el timbre, puedo esperar a que todos salgan para irme también.

¿Dónde está Marina cuando necesito a esa idiota?

- Bien, Ledesma ahora cuéntanos. ¿Qué hiciste con Gómez?

- Ya les dije, nada.

Oh no. Esto sólo puede ser un castigo. ¿Corrí por toda la escuela y ella aparece justamente aquí?

- Vamos a suponer que te creemos.

Y siempre con su bando de estúpidas.

- Pueden no creerlo, pero realmente no hice nada con ella. No entiendo porque está huyendo de mí - Amelia parece frustrada, pero qué demonios.

Lo que pasó en el vestuario fue un error que no volveré a cometer en la vida jamás.

- Por supuesto, porque ella es una loca que no consigue estar cerca de ti. Oh espera... Eso es cierto.

¿Les dije que odio a estas perras?

- Mírame a los ojos y respóndeme. Amelia; ¿Tuvieron sexo? ¿Te comiste a la chica, a ella no le gusto y ahora te está evitando?

Stupid WifeWhere stories live. Discover now