Capítulo 28 - Everything.

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No puedo creer que recordé estar cargando a mi pequeño. Fue como si estuviera realmente allí, lo juro, incluso sentí las patadas que me estaba dando. La sensación fue indescriptible.

- Cariño, te despertaste - miro a la puerta, donde una Amelia con una enorme bandeja de desayuno en sus manos entra a la casa de árbol.

Siento las lágrimas corriendo por mis mejillas. Ella coloca la bandeja sobre el borde de la cama y luego se pone de rodillas a mi lado. Su cara se torna confusa al mirarme.

- ¿Qué ocurrió, Luisi? ¿Por qué lloras? ¿Sucedió algo?

- Recordé... - mi voz no es más que un susurro. Amelia se sienta a mi lado y me toma la cara entre sus manos, sus pulgares secan mis lágrimas. Su mirada muestra angustia - Lo sentí, amor. Yo... recordé estar embarazada de nuestro hijo.

Su boca se abre al escucharme, parece sorprendida. Sonrío en medio de las lágrimas al ver que sus ojos comienzan a brillar, Amelia parece asimilar lo que acabo de decir.

- ¿Recordaste? Madre mía cariño - sella nuestros labios algunas veces, parece feliz. Su animación me hace reír un poco, me siento como una niña en una mañana de navidad después de recibir todos los regalos - Eso es increíble, realmente increíble.

- Fue increíble, parecía que volví a ese día. Incluso le sentí darme la patada - estoy muy contenta, el sueño fue tan real que incluso ahora, minutos después de despertar, todavía siento la misma sensación de llevar una vida dentro de mí. Una maravillosa sensación - Amor, quiero ver a nuestro hijo.

- Oh, cariño - Amelia pasa una pierna por encima de mí y se sienta en mi regazo. Mis labios tiemblan por el impulso absurdo de llorar que se instala en mí - No llores, vamos a verlo en dos días. ¿Está bien? Estoy aquí, estoy contigo. No me alejare de tu lado. ¿Quieres estar en mi regazo? Te doy mi regazo, cariño. Te llenare de besos, ¿de acuerdo? - sonríe de manera dulce, es imposible no sonreír también.

Amelia acaricia mis mejillas, inclinándose hacia adelante y pone sus labios en mi frente. Siento como toda aquella tristeza se desvanece y una enorme calma se instala en mí. El efecto Amelia Ledesma.

No me quejo, me encanta la paz que me trasmite.

Después de nuestro desayuno, lleno de mucho cariño y cuidado además de la comida obvio. Mucha comida. Amelia come tanto que, realmente elegí la persona adecuada para pasar el resto de mi vida. O tal vez es el hecho de que somos tan iguales y tan diferentes al mismo tiempo.

O quien sabe porque ella es la única persona que puede hacer que mi corazón lata más rápido y al mismo tiempo divagar. ¿Cómo? Eso me pregunto también.

Ahora nos estamos preparando para hacer un recorrido en el sitio, no sé si fue impresión mía, pero Amelia parecía animada por ese paseo. Sospecho que ella está planeando algo, es probable. Ella siempre está tramando algo.

Para a mi lado y me toma de la cintura, la miro y asiento con la cabeza. Amelia sonríe y besa la punta de mi nariz, sonrío. La observo caminar con gracia hacia la puerta. No recuerdo si ya dije esto antes, pero Amelia con pantalones de cuero puede ser aún más caliente.

Se convierte un pecado mirar ese culo y no tocarlo. ¡Uff! Tengo que aprender a controlarme.

Después de estar vestida adecuadamente, termino de cerrar la chaqueta y voy hacia las escaleras. Desciendo lentamente, algo dentro de mí me está advirtiendo. ¿Qué es? Todavía no lo sé. Cuando me giro para buscar a Amelia, escucho el ruido de un motor.

Oh no...

Mi mandíbula cae al ver a mi mujer desnaturalizada, aparcar una gran moto roja frente a mí. Mierda. Se baja de la moto, retira el casco y sacude sus rizos. ¿Por qué el tiempo no parece más frio?

Stupid WifeWhere stories live. Discover now