Capítulo 24. Déjame abrazarte.

Start from the beginning
                                    

Sólo quiero a mi Amelia de vuelta.

//

De camino a casa, Amelia se mantuvo en silencio todo el tiempo. No miraba a nadie, ni siquiera se movió. Permaneció quieta mirando su regazo. Volvimos en su coche, Ian conducía y Marina iba a su lado, yo iba atrás con Amelia, nuestro hijo estaba pasando el día con María.

- ¿Puedes caminar sola? ¿No sientes dolor? - Ian pregunta cuando se estaciona en el garage de nuestra casa.

Amelia solo asiente con la cabeza y abre la puerta, suspiro y me recuesto sobre el asiento. Mis ojos se cruzan con los de Marina, ella me sonríe triste y también abre su puerta. Hago lo mismo y salgo, a tiempo para ver a Amelia entrar a la casa de forma apresurada.

- Ella todavía está sacudida con la noticia - Marina dice mirandome - Dentro de poco volverá a la normalidad.

- Espero que sí - mi amiga me abraza de lado y caminamos hacia la puerta principal - ¿Será que me va a ignorar?

- No lo hará, puede ser que no hable directamente contigo, pero créeme, Amelia va a querer tu compañía - antes de entrar, se detiene y me sostiene por los hombros - No salgas de su lado, bajo ninguna circunstancia. La primera vez que perdió al bebé, fueron los peores tres meses de la vida de todos. Nunca la había visto tan hundida como en aquellos meses.

Trago en seco, sintiendo algo en mi pecho comenzar a apretarse hasta el punto de sofocar. Pensar que Amelia debe haber estado tan mal hasta el punto de preocupar a todo el mundo, me deja aterrada.

Marina me acaricia el rostro y luego enseguida entramos a mi casa. Ian entra a la sala, regresando de la cocina, debe haber ido a guardar las cosas que compramos para la dieta de Amelia que el Dr. Charlie nos pasó.

- Voy a ir a hablar con ella, ¿si? Regreso pronto - Marina advierte y sólo concuerdo.

¿Qué podía hacer? Nada.

Siento a alguien pasar su brazo por mis hombros y sonrío de lado cuando Ian me abraza.

- Muy pronto todo mejorara, Luisita. Sólo cuidala, ¿si? Y cualquier cosa, a cualquier hora me puedes llamar. Vendré corriendo.

- Gracias por todo, Ian.

- No hay de qué, eres mi cuñada y ella es mi hermana. Siempre estaré aquí para ustedes dos.

Por suerte tengo a todos mis amigos a mi lado, no sé cómo sería pasar por todo esto sin ellos conmigo. Y sinceramente, no quiero ni imaginar cómo sería.

//

Ian y yo estamos viendo dibujos animados, incluso hice algunas palomitas de maíz para los dos, ya ha pasado un tiempo considerable que Marina subió a hablar con Amelia. Tengo curiosidad de saber lo que tanto hablan las dos, pero no me atrevo a ir allí. Sólo espero que al menos consiga hacer que Amelia coma algo, ya está pasando su hora de comer.

- Como demoran esas dos - Ian comenta y yo asiento, tomo un poco de palomitas de maíz y las meto en mi boca.

Fijo la mirada en la televisión, pero los pasos en la escalera me hacen desviar la atención. Es Marina, finalmente. ¿Ella está llorando o es impresión mía?

- Consegui hacer que tome una ducha, Amelia se volvió a dormir - su voz suena más grave, sus ojos y la punta de su nariz están rojos, lo que confirma que sí, estaba llorando - Luisi, dale algo de comer cuando se despierte.

- ¿Estabas llorando? - pregunto algo totalmente obvio pero quiero confirmarlo.

Marina suspira y pasa las manos por su rostro, le doy espacio para que se siente entre Ian y yo en el sofá. Ella apaga la televisión.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now