Genial, ahora iré a no sé donde con la loca y el lindo pequeño.

Por lo menos él va a ir, podemos estar juntos todo el tiempo.

Pero espera... ¿Qué ropa debo llevar?

Salgó de la cama y empiezo a salir de la habitación, pero me detengo al ver un cambio de ropa en el extremo de la cama. Amelia y su locura de elegir mi ropa. Sin ni siquiera comprobar las cosas que me dejo, voy al baño. Necesito una larga ducha caliente para relajarme y prepararme para el día del hoy.

Después de que salgo de la ducha, me coloco la toalla y recojo la ropa que Amelia escogió, viendo primero las ropas intimas. Todavía pienso que es embarazoso que elija mi ropa interior. Necesito hablar con ella sobre eso tan pronto como sea posible. Me sorprendo ver una pequeña camisa blanca y pantalones de chándal.

¿Voy a entrenar?

- ¿Luisita? ¿Estás lista? - el baño se abre y Amelia me está mirando de arriba y abajo - ¿Qué paso?

Tomo una respiración profunda y miro la ropa en mis manos, se los muestro y le cuestiono.

- ¿Dónde vamos? ¿Por qué tengo que usar esto? ¿Vamos a entrenar o algo así?

Amelia hace una mueca y me mira como si yo hubiera dicho la mayor idiotez en el mundo. Sus ojos se amplían y de repente su rostro se ablanda, inclina la cabeza hacia atrás y murmura algo.

- A veces olvido que no recuerdas nada - tuerce la boca y suspira, se distrae y centra su mirada en mis piernas. Mi cara se calienta cuando me di cuenta de que estoy media desnuda frente a ella - Te llevaré a conocer la otra parte de tu vida.

- ¡Mamá!

Ella mira la puerta y hace una señal con la mano, Louis debería haber estado esperando por ella.

- Es mejor que te vistas rápido antes de que se desespere - dice y sale del baño, suspiro y me recuesto en la pared.

No tengo idea de a dónde vamos, pero me visto con lo que escogió. Sólo de pensar en hacer algo de ejercicio me siento agotada.

Nadie lo merece.

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Me termino de vestirme y me miro en el espejo. Hasta esta ropa me hace caliente. Doy una vuelta y sonrió a mi reflejo. Mi cabello se ha quedado atascado en una cola de caballo, estoy usando unos tenis cómodos. No estoy usando maquillaje, no me acuerdo si lo usaba, aunque probablemente sí, pero en mi cabeza sólo se usar delineador de ojos con riesgo de vez en cuando. Pero no tengo idea de dónde están las cosas en esta casa. Estoy es una mierda.

- ¡Wow! - salto al escuchar una voz, miró hacia atrás y me encuentro a Amelia paralizada en la puerta del armario, mirándome de arriba abajo - Me gustas incluso sin maquillaje.

Creo que Amelia lo dijo por impulso porque apretó los labios y miró hacia abajo torpemente, mi cara se sonroja. Nunca supe cómo responder a los cumplidos, siempre comienzo a ruborizarme o reír como loca.

- Me veo como una anciana - digo tratando de romper la extraña atmósfera que había allí.

Me giro hacia el espejo de nuevo, a través de él veo a Amelia levantar la cara y mirarme. Sus ojos se ven verdes y luminosos, esboza una pequeña sonrisa y niega con la cabeza.

- Entonces eres la más bella y joven anciana que he visto.

Antes de que pueda dar la vuelta y rebatir, mi vista se vuelve turbia y me aseguro de los bordes del espejo para no caer al suelo. Amelia sostiene mi cintura y me apoya contra su cuerpo, esa frase resuena en mi mente otra vez y siento ser tirada a una especie de universo paralelo.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now