Capítulo 3. Algunos vídeos.

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Louis estaba en la habitación, lo sé debido a que estaba escuchando el sonido de la televisión, voy hacia él y lo veo acostado boca abajo, él se quedó con el pecho pegado al asiento del sofá y levantó las caderas. ¿Él está bailando al ritmo de esa canción?¿Esa posición es cómoda? Le preguntare después si siempre se sienta así, hice una nota mental.

Escucho el ruido de platos en la cocina y suspiro, ahora tendré que conversar con ella de todos modos. Sé que mi voluntad es correr, coger el primer avión y salir de aquí, pero... es mi vida ¿verdad? Necesito vivir, y el primer paso es entenderla.

- Hola - mi voz no salía, estoy nerviosa, asustada y con miedo.

Amelia ha oído tantas cosas de mi hoy y fue tan desairado, estaba muy avergonzada por tener que enfrentarme a ella cara a cara ahora. Amelia cerró el grifo y paró de fregar el plato que estaba en su mano en cuando escucha mi voz, me mira por encima del hombro. Sorpresa, eso es lo que su mirada parece demostrar.

- Uh, hola... - sonreí tímidamente y sonrió también, esta vez de verdad. Me acerco a la mesa y me siento por lo que estoy frente a ella. ¿Cómo debería comportarme con mi "esposa" que en mi mente no soporto, pero dicen que la quiero? – He lavado tus fresas, están en aquel pote con tapa color amarillo y le puse la leche condensada también, ¿vas a querer un poco de coco rallado?

Junto las cejas confundida, ¿fresas? Yo no pedí ninguna fresa. No recuerdo las fresas. ¿De qué está hablando la loca?

- ¿Cómo?

Amelia termina de lavar el plato y lo pone en un colador, toma un paño de cocina que estaba en el fregadero y luego se vuelve a mí. Sigo buscando, a la espera de una respuesta, después de casi un minuto finalmente parece darse cuenta de esto.

- ¡Oh, mierda! - golpea su propia frente - Lo olvide... Sí, eso es raro - susurra, parecía decir la última parte para sí misma - Por lo general, te gusta comer fresas después de la cena, o un plátano o un kiwi - ella aclara y se encoge de hombros, la tímida sonrisa en su cara deja en claro su nerviosismo.

Afirmo con la cabeza y me quedo mirando el pote de tapa amarilla sobre la mesa, por increíble que parezca esas fresas se ven muy apetecibles. Tal vez me gustan bastante las fresas ahora.

Debe ser sólo una más de esas cosas que me empezaron a gustar conforme los años, y eso incluye a la loca, no tan loca. Amelia me miraba todo el tiempo, cada movimiento. Tome la primera cucharada con fresas en mi boca y cuando siento el sabor dulce... La... Madre... Qué... Me.... Pario. ¡Que delicia!

- Esto... - hablo con la boca llena, llevo una cuchara más y lo meto en mi boca. Es una delicia, repito - ...es ... - trago un poco - ....genial - termino de masticar y vuelvo a llenar la cuchara.

Amelia me mira y juro que la oí reír un par de veces pero no me importa realmente, sólo quiero comer. ¿Voy a seguir comiendo de la misma manera que cuando era adolescente? Hombre, es tan raro ser un adulto cuando en realidad en mi cabeza soy sólo un adolescente.

- ¿Más? - Amelia pregunta y yo hago una pausa en ese momento, yo estaba prácticamente lamiendo el bote donde estaban antes las fresas.

Mis mejillas se calientan en el momento, me trago el líquido dulce que tenía en la boca y poco a poco pongo el pote sobre la mesa, con los ojos fijos en la mesa. Genial, Luisita. Actuando como un adolescente sin educación.

Tengo que aprender a comportarme como una mujer... Pero es tan difícil.

- No... estoy satisfecha - me aclaro la garganta y me muevo incómodamente en la silla, la vergüenza es poco para lo que estoy sintiendo en este momento.

Stupid WifeWhere stories live. Discover now