¿Dónde esta?

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POV'S LILITH.

En mi cama estaba el paquete.

-Por lo visto aún no has querido hacerle ningún cambio a tu habitación –Comentó Larissa.

-Se ve bien así.

-Ay pero si tu papá te va a mandar a una buena escuela –Dijo Larissa en cuanto vio el uniforme.

-¿En serio?

-Sí, mira –Ella lo sacó  y me señalo el escudo –Te va a mandar a Hogwarts, es uno de los mejores internados de reino unido.

-¿Se quiere deshacer de mí?

-No, verás aquí en Inglaterra es más común estudiar en internados que en escuelas normales.

-¿Y esa es una buena escuela?

-De las mejores, solo la elite asiste en ella, uno que otro becado también pero son muy raras las familias que consiguen aquel apoyo.

-¿Sabes cómo es mi escuela?

-Solo sé que es de esas escuelas dónde pasas toda tu vida, hace apenas unos seis años implemento su sistema académico universitario, por eso tus hermanos y primos han estudiado ahí sus carreras.

-¿Mis primos?

-Sí, ¿A poco no sabías que tenías primos?

-No recuerdo muchas cosas desde que me fui, es difícil recordar cosas de tan poca edad.

-Bueno, ya los conocerás.

Me puse el uniforme y Larissa comenzó a tomar medidas para después hacerle algunos ajustes.

-Te los traeré cuando los tenga listos.

-Claro.

Larissa salió de su habitación y me cambie por un vestido para montar, quería alcanzar a mis hermanos.

POV'S CHARLES.

Tal como lo había predicho mi madre, Lilith era el centro de atención, los Riddle solo hablaban de ella.

-No sabía que Lilith era un tipo de celebridad entre ustedes –Comenté mientras bajábamos de los caballos.

-¿De qué hablas? –Preguntó Azael.

-Desde que ella volvió se convirtió en el tema principal de conversación.

-Bueno es nuestra hermana y hace tiempo que no la vemos...

-¿Por qué mejor no hablamos de la gran fiesta a la que fuimos? –Lo interrumpo para no seguir hablando de ella y afortunadamente funciona.

Dejamos a los caballos en las caballerizas y entramos por la puerta que da directo a las habitaciones.

POV'S LILITH.

Llegué a las caballerizas pero no encontré a mis hermanos así que decidí caminar entre los caballos, al parecer tenían muchos y todos eran preciosos.

-Disculpe –Le hablé al señor que iba pasando -¿Será que puedo ensillar uno y sacarlo?

-Lo siento señorita, pero debe comentarlo antes con el señor Shelby.

-¿Por qué?

-Bueno, no siempre les prestan los caballos a los invitados.

-Yo no soy una invitada.

-¿A no?

-No, soy su hija.

-Lo siento señorita, no sabía.

La quinta Shelby.  Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora