— Katherin, quiero que me ayudes — ella me miró interrogante, íbamos camino a la empresa.

— ¿Ayuda en qué? — suspiré y apreté el volante, quería ver el contenido de la usb, pero era incapaz de hacerlo solo.

— Yo... — pase la lengua por mis labios, — Te buscaré más tarde — ella asintió dudosa con la cabeza

Toda la mañana estuve distraído en la sesión de fotos, necesitaba con urgencia ver lo que había, mientras tomaban la última foto antes del descanso pensé que lo mejor era ir con Jonathan o con papá, alguno de los dos podría ayudarme más que Katherin, no quería meterla a ella en esto.

Subí rápidamente a su oficina, ahora que sería padre, mi viejo le dio un puesto permanente en la empresa, que idiota, había arruinado toda su vida por no saber cuidarse.

Abrí la puerta sin tocar y deseé no haberlo hecho, mi amigo y Jen se encontraban en una faena muy candente en la oficina, con ella montándolo sobre la silla del escritorio.

— ¿Pero qué demonios? Matthew sal ahora — me lanzó un portalápiz mientras me daba vuelta para no mirar la escena.

— No creo que puedas dejarla más embarazada de lo que está ahora — algo golpeó mi nuca y salí casi corriendo de la oficina.

— Cierren la maldita puerta con seguro — grite antes de dar un portazo.

Subí hasta el piso donde se encontraba papá, al bajar del ascensor mi mirada fue directo a la oficina que ahora era de Katherin, por obvias razones Jen no se encontraba en su lugar, iría primero con mi padre, y luego vería a Kathe.

Abrí la puerta sin tocar nuevamente, definitivamente empezaría a tocar las malditas puertas antes de entrar.

— ¡Por Favor! ¿Acaso hoy es el día de tener sexo en la oficina? — grité dándome la vuelta, la imagen de mis padres teniendo sexo en el escritorio no se iba a borrar de mi mente en un buen tiempo.

— Deja el escándalo Matt, como si no lo hicieras en tu oficina — dijo mamá de forma burlona.

— lo hacía, claro, ¡y ponía el maldito seguro! —

— Detalles hijo, ahora mejor busca a Kathe y ponla en cuatro sobre el escritorio, o lo que sea que les guste a ustedes —

— ¡Mamá! — mi mamá era única — mejor me voy, vendré más tarde, y juro que esta vez tocaré la maldita puerta — antes de abrirla puerta mamá hablo.

— Espera Matt —

— mmm —

— Antes de irte ¿Podrías pasarme mi ropa interior? Está en la lámpara al lado de la puerta —

— ¡No pienso tocar eso mamá! — grité antes de salir y cerrar de nuevo de un portazo. Luego de eso, hice lo que todo hombre haría.

— ¿Entonces viste a tus papás haciéndolo en la oficina? — asentí con la cabeza, me encontraba en la oficina de Katherin, arrodillado en el piso con mi cabeza en sus piernas, lo mismo que hacía con mi madre, mientras ella peinaba mis cabellos con su mano y no paraba de reírse por lo sucedido.

— ¿Qué tiene eso de malo? Que yo sepa tú te pasabas haciendo lo mismo en esta oficina — eso último lo dijo con tono de reproche.

— Eso soy yo, ellos están viejos —

— Ay por favor, tus papás no están viejos, Alice solo tiene cuarenta y cinco y un cuerpo que es la envidia de cualquier mujer de veinte, y tu papá es un hombre muy atractivo, ni se nota su edad —

— Tiene cincuenta, y no digas que mi padre es atractivo — me levanté del piso y en un rápido movimiento la senté en el escritorio. — Tu eres mi mujer y yo soy el único hombre atractivo que pueden apreciar tus ojos — dije metiéndome entre sus piernas, parece que iba a tomar el concejo de mamá

— Qué modesto señor Collins — antes que pudiera unir mis labios con los suyos, ella atravesó su mano poniéndola en mi boca. — Para tu información hay muchos hombres aún más atractivos que tú, así que no te creas gran cosa —

— Mejor dime lo qué querías decirme está mañana — me aleje de ella y la ayude a bajar del escritorio, demonios, esta mujer era malvada.

— Quiero ver el contenido de la usb — ella me miró asintiendo con la cabeza.

— Bien, te dejo mi computadora, iré a revisar algunos materiales que debían llegar hoy al taller — se dio la vuelta para retirarse, pero la tome de la mano.

— No me entendiste, quiero ver el contenido de la usb contigo, no soy capaz de verlo sólo — ella negó con la cabeza.

— Lo siento Matthew, tal como dijiste aquel día, no son temas en los que yo deba entrometerme — mis palabras habían sido más hirientes de lo que pensé.

— Por favor Kathe, no puedo hacerlo sólo, te necesito — ella suspiro, lo pensó un momento que para mí pareció una eternidad y luego me asintió con la cabeza.

Puse la usb en sus manos y la dirigí a la silla del escritorio, me senté primero y le ayudé a sentarse sobre mi regazo.

— Es hora de saber la verdad — exclamé poniendo mi frente sobre el hombro de Kathe.

Era posible que la información que obtuviéramos cambiará todo en nuestras vidas

Forzando el Amor [Ya en Fisico en Librerias y Amazon]Where stories live. Discover now