La respuesta pareció solamente emocionar más a Saryang, que no tardó en preguntar aún más—: ¿Por qué fueron? ¿Está muy lejos? ¿Creen que algún día puedan llevarme?
Yeonjun parpadeó, sin embargo, cuando estaba a punto de contestar, Beomgyu habló—: ¡Por supuesto que te llevaremos.
»Cuando crezcas un poco —se apuró a decir—, y papá arregle un montón de papeleo para... poder sacarte del país y llevarte —terminó, sonriéndole. Miró el reloj momentáneamente, ya era algo tarde y esos niños no habían cenado.
Y por niños se refería a Saryang, Sanghun y Yeonjun.
—Bien, creo que es momento de cenar.
[...]
Terminaron cenando el único cereal que se encontraba en la alacena. Y, obviamente, teniendo ahora a una niña de cinco años, hubo quejas.
—Su cereal sabe feo.
—Virutas de lápiz —murmuró Yeonjun, aún alimentando a Sanghun.
Beomgyu suspiró. —Mañana haremos las compras, Saryang. Y allí podrás escoger el cereal que tú quieras —dijo—, un cereal que te guste y que sí te vayas a comer. No te dejes llevar por los bonitos dibujos de la caja. Ah, y que no tenga tanta azúcar.
Yeonjun lo miró por un momento. —Ya hablas como todo un papá.
—Yeon, literalmente le repetí todo lo que te digo a ti.
—¿Y qué más compraremos? —interrumpió la niña, con la boca llena de cereal.
—Bebé, no hables con la boca llena.
—Bueno —prosiguió Beomgyu, pensando en el plan de mañana—, además del cereal, podríamos comprarte algo de ropa, un juguete si quieres, no lo sé. Ya teníamos un cuarto adecuado para ti, sin embargo —miró a Hunnie, que tenía leche alrededor de su boquita—, no teníamos contemplado a este pequeño señorito, así que tendremos que comprar pañales, leche, ropa, una andadera o algo así, más pañales, más leche... Tendremos la experiencia completa de tener un bebé, muchas gracias.
—Pero, hey —Yeonjun tomó su mano—, la tendremos juntos.
Beomgyu lo miró.
—¡Aaaw, qué bonito!
—Creo que voy a vomitar.
—¡Beomgyu, no digas eso!
[...]
Terminaron acostándose alrededor de las 11 p.m., le mostraron su cuarto a Saryang, pero insistió en dormir con ellos, así que terminaron los cuatro en la cama con sus respectivos pijamas. Sanghun ya dormido, Beomgyu casi acompañándolo y Yeonjun escuchando atentamente a su hija.
—Cuéntame un cuento —pidió la niña en un susurro, para no despertar a su hermano.
—Uhm..., bueno —respondió de la misma manera—, había una vez... un perro que no tenía color —inició, mirando divertido a Saryang. Ella no tenía por qué saber que el contar cuentos no era su fuerte. Aún no—, caminó debajo de un arcoíris y obtuvo un color. Fin —terminó, con una sonrisa en su rostro.
Saryang parpadeó.
—Papi.
—¿Sí?
—Tu cuento fue aburrido.
Bueno, la crítica siempre está presente.
Al parecer, Beomgyu no estaba del todo dormido porque se rió ante la respuesta de la niña, pero Yeonjun no iba a tomarle importancia.
—Mejor te cuento algo yo —empezó Saryang—, para que duermas mejor.
—Está bien, está bien. Espero que tu imaginación sea mejor que la mía.
Saryang solo sonrió y prosiguió a contarle a su padre una historia sobre piratas, dragones y una princesa, la cual resultó ser la malvada —un gran giro en la trama, si le preguntaban a Yeonjun—, sin embargo, quien fue cayendo dormida fue Saryang, en sus ojitos era notorio el sueño que comenzaba a sentir. Pero se negaba a dormirse, no sin antes terminar la historia para su papá. ¡Era la primera vez que le contaba un cuento a su papá, tenía que terminarlo!
—Y entonces el dragón se hizo mejor amigo del capitán —continuó, cada vez más lento—. Y el hechizo se deshizo. Fin.
—Wow —murmuró Yeonjun, con asombro genuino. A este punto Beomgyu ya estaba dormido y Sanghun chupaba de su dedo—, fue un muy buen cuento, Saryang. Me gustó mucho, pero creo que ya deberías dormir —sonrió—, mañana me podrás contar todas las historias que quieras, ¿está bien?
La niña solo asintió, acomodándose mejor entre las sabanas.
—¿Papi? —volvió a llamar, susurrándole, queriendo decir una cosa más antes de caer rendida ante el sueño.
—¿Sí?
—Estoy muy feliz —comenzó—, antes no tenía papá... y ahora tengo dos. Creo que eso es muy genial.
Yeonjun sonrió, tanto que sus mejillas dolieron un poco. Incluso lloró un poco, pero nadie debía saber eso.
Cuando intentó responder, su niña ya se había dormido, así que solo besó su frente y miró la imagen que tenía a su lado.
Beomgyu dormido con Sanghun acomodado a su lado y Saryang abrazando una almohada.
Wow.
Su familia.
¿Desde cuándo la vida era tan bonita?
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Fiksi PenggemarEllos pudieron ser el típico cliché del chico malo que se enamora del chico tierno... hasta cierto punto. ⋆ Fluff, humor, romance, drama. ⋆ Adaptación, derechos de autor correspondientes a: @-aquilles.
03: A bedtime story
Mulai dari awal
