🍂~×☕ONE-SHOTS🍂☕ ArgPer//⚘

¿Será verdad?

Pasó el tiempo y se preguntaba, y ¿Argentina? Supuso que no iba a venir, era raro, aunque lo consideraba un irresponsable, llegaba incluso antes que él.

Y nada, seguía la reunión y no llegaba ¿Que michi había pasado con el argento? 

Ya después de una hora la reunión dio por concluida, tomaría un vuelo hasta su territorio e iría a su casa. Llegó por fin luego de tres largar horas, puso las llaves, entró dentro de su hogar, fue para su cuarto y bum, ¿Qué carajos hacía Argentina ahí? 

--Peeeeeeeeeeeeeeeeeeer- -Habló un tanto alterado. --Hoy me pasé de mongólico. --Dijo volviéndose a tapar con las sábanas. 

--¿Argentina? ¿Qué chucha haces acá? Me estoy arrepintiendo de darte la llave de mi casa.

--Es que- salí como cinco horas antes de mi territorio para ir a la reunión y la gila esa de mierda que revisaba me mandó para tu territorio- 

--Oh' tú eres gil oh' 

--QUE NO FUI YO, si me tomaba el avión para donde era la reunión seguramente llegaba cuando terminase- y- y- te juro que iba a ir a un hotel- pero se me olvidó cambiar monedas- apenas pagué el taxi porque tenía  algunas monedas ahí, no preguntes por qué-

El peruano no dijo nada, incluso ya le iba a pasar sus apuntes. 

--Dale, perdón, pero  ¿Ahora qué hago? --Empezaba a preocuparse.

—Ah, ya, ya, tranquilo, en ese caso yo te paso mis apuntes y todo bien ¿no? Digo, de paso, pídele a Uru tus informes y esas vainas, creo que ONU se la dio a él para que te los pase a ti.

--Va, gracias, ahorita le llamo.

--Ya, pero ¿Ya desayunaste o almorzaste al menos? 

--Todavía, iré luego a cambiar mi dinero por soles. Luego y yo te invito el almuerzo. 

Perú asintió pero antes le habló. --Ya, ya, pero no desayunaste, mis apuntes están en esta mochila, tú te igualas y yo te traigo algo, si quieres vas a mi 'oficina' ahí te acomodas. No dio oportunidad para que el otro respondiese, simplemente se fue dejando su mochila en aquella habitación. 

--¿Está bien? ... Qué haría sin vos, sos un amor, pero dale que no te dejas ni quere-

--Ah- de paso ¿Café está bien?  Y de paso ¿Te parece si ya mañana vamos a comer? Ya había pedido comida ahora que recuerdo, cuando llegue pediré otro más. 

--Si, si, si, dale, gracias. --Respondió avergonzado de sí mismo.

----------------x-----------------------

El día transcurría con normalidad, los dos se ayudaban con apuntes, y Perú también estaba ocupado de cierta manera, tenía que hacer algunos documentos aparte, cuando terminaron, era de noche, ni modo, descansaron

A la mañana siguiente Perú miraba como dormía el argento en su pecho, tan lindo según él en sus pensares. Dirigió su mirada para otro lado de la habitación y cuando regresó a verle el rostro, vio que el argentino abría poco a poco los ojos.

—Buenos días, Arge. –Dio los buenos días, mientras sentía como se levantaba para acomodarse mejor a un lado suyo.

—Buenos días, Per. –Dijo en respuesta mientras posaba su mano en el pecho del otro y se acomodaba mejor para poder abrazarlo.

—¿Sabes? Creo que como hoy día ninguno de los dos tiene algo que hacer, podemos ver alguna que otra película y nada de cosas simples ¿no? Digo, con postres y esas vainas. ¿Qué opinas?

—Bueno, si vos hacés los postres no tengo problema. –Respondió algo somnoliento

--Ayúdame al menos pe, que chucha todo yo voy a hacer.

El argentino rió bajo, un tanto leve y suspiró disponiéndose a responder. --Per, vos me ayudaste a ponerme al día, tendría que ser yo el que haga todos los postres mientras vos dormís o ves la tele y si no me hacés caso, te amarro acá. 

--Bueno, si es así, normalazo. 

Ambos sonrieron como si les hubiera dado gracia algo que uno de los dos hubiese dicho. Ambos se levantaron e hicieron todo tipo de postre que se les ocurriera como primera opción, dejarían estos mientras fuesen a almorzar. Como era de esperarse, Argentina pagó, aunque el peruano no estaban totalmente de acuerdo. Antes de llegar a casa, pasearon un rato por una avenida, mirando todo lo que hubiese ahí. 

Pasaron un buen tiempo de calidad juntos, el argentino lo abrazaba cada que podía y tenía oportunidad. Perú por su parte, no se quejaba, no reprochaba ni nada, es más, correspondía. 

Llegaron por la hora de las siete de la noche a la casa del peruano, trajeron a un lado de donde se iban a sentar los postres que se habían decidido comer y pusieron la película. 

Por alguna razón recordó lo que estaban haciendo en la tarde ambos, lo del día anterior y ¿En verdad era lo que le dijeron? ¿Acaso era cierto? Le restó bastante importancia, estaba con Argentina y eso para él es lo  único que debía importar ahora.