Perú y Argentina, agarrados ambos de la mano, sus días siempre fueron disfrutables para ambos, se respetaban, estimaban, y al final de todo, los problemas que alguna vez pudieron haber tenido, siempre se resolvían. Ya eran varios años los que pasaron teniendose de pareja y uno de ellos vio que era hora de dar el siguiente paso.
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—Arge, yo recuerdo que acá fue don-
—Si, si, no la cagues.
—Ah –Fue lo unico que respondió.
—Nah, no te la creas. –Hablo en tono un tanto burlesco, alta memoria la verdad para recordar lo que una fecha le dijo el peruano.
—Eres gil y morirás siendo gil. –Dijo supuestamente ofendido y caminando en otra dirección.
El argentino disfruta de aquellos dramas que se montaban siempre en broma, le encantaba ver hasta donde podían llegar, obviamente no llegaban a peleas o algo por el estilo, de todas maneras, si se peleasen, lo resolverían rápido.
—Perú- dale, vení.
—No, gil.
—¿Te enojaste de verdad? Yo creí que solo te lo tomaste en broma.
El peruano sonrió y regresó hacía él con una sonrisa.
—Tal vez
—Pelotudo, me asustás.
—Pero no me enojaría por una tontería.
—Bue, antes, tenés que probar lo que hice para vos.
El peruano sonrió y asintió, caminaron un poco más y ambos se sentaron. Argentina se sacó la mochila y sacó de ahí lo que vendría siendo el almuerzo.
—Haber, quiero ver lo que hiciste.
—Ahorita vas a ver, no te alteres.
Abría poco a poco el taper que había traído, como si quisiese que la ansiedad matara al peruano por la curiosidad que tenía.
—Per- fue lo más facil que encontré.
—Ya, pero no seas gil, hazme ver pe.
—Ya, ya voy, no te alteres.
Abrió ahora si de frente la tapa y dejó ver que era una especie de crema, y no se equivocaba, era crema a la huancaína. Sacó los platos, por cierto, descartables donde había papa sancochada, le hizo agarrar un plato al peruano, le separó crema y le puso algunas cosas más, como la aceituna y la lechuga.
Perú solo miraba con atención lo que su pareja hacía, no era muy común que argentina intentase o le salga hacer sus comidas, así que por eso mismo ni bien le dio el plato, probó, bien, tenía otro sabor, pero no le quitaba el hecho de que sabía bastante bien.
