Capítulo 16

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Estuve con ambas mujeres el resto de la tarde, conversamos sobre postres, el mundo del que vine, mis recuerdos e ideas para un nuevo emprendimiento ya que Rubí (la mujer más joven) estaba planeando trabajar en algo más que en la panadería, entiendo su ambición de ir por algo mejor, pero honestamente si yo fuera ella disfrutaría trabajar con alguien como Muriel, es dulce, amable, atenta y además es su abuela. Supongo que todos en algún momento desean algo de independencia.

Volví al castillo por mi cuenta, la Reina blanca pensó que caminar, tomar aire y estar sola con mis pensamientos sería de ayuda y yo también estaba de acuerdo, de vez en cuando un poco de espacio no está nada mal.

Al llegar al castillo, la reina me recibió amable y cariñosa como siempre, nos preparó a Sindy y a mi un taza de chocolate caliente y unas galletas de vainilla con chispas de chocolate. A veces me siento como una visita en el castillo, pero otras veces siento que vivo aquí, pero todo es muy confuso, me siento cómoda y al mismo tiempo no tanto. Después de comer me fui a dormir.

De repente estaba en un cementerio, dejando flores en la tumba de mis padres, mamá murió hace dos años y papá la siguió un año después, supongo que no pudo con el dolor de perder a la mujer que amaba. Pero junto a la tumba de ellos estaba la de Marta, en ese momento supe que estaba soñando y quería despertar ahora.

Desperté con una sensación horrible, me levanté de inmediato de la cama, fui al baño para lavarme la cara, al salir vi la puerta de la habitación de Sindy, antes de darme cuenta estaba caminando hacia ella, la abrí despacio y me asomé. Allí estaba, durmiendo plácidamente, cerré la puerta con mucho cuidado y delicadeza, suspiré de alivio mientras me alejaba sigilosamente hacia el patio del castillo, como aún no amanecía decidí dar una vuelta y recorrer el lugar. Me senté en una banca de mármol y mis pensamientos me invadían, algo muy extraño sucede, antes de llegar a este lugar casi no soñaba o si lo hacía, mis sueños eran sobre lo que haría cuando juntara la cantidad de dinero que necesitaba y los lugares a los que iría una vez cumpliera los dieciocho y me largara de ese lugar al que nunca podría llamar hogar. Pero en este castillo era diferente, mis sueños eran recuerdos y esta fue la primera vez que no fue así, lo sé por que en mi mundo Marta sigue desaparecida, nunca encontraron nada, no hubo sospechosos, testigos, nada, era como si se la hubiera tragado la tierra, hasta antes de entrar a este mundo nunca encontraron su cuerpo, supongo porque siempre estuvo aquí con la Reina Blanca en este castillo. Al principio creí que mis sueños se reemplazaban por recuerdos ya que me estaba esforzando por recordar, pero no fue así, mis recuerdos comenzaron la primera noche que dormí en este castillo. Así que mi única teoría es que este lugar tiene algo que ver con esto.

Me quedé a observar el amanecer, sabía que debía dormir bien para poder entrenar, pero no me sentía cansada o somnolienta, ni nada parecido. Además ver este amanecer me alegró el día, definitivamente no hay nada mejor que ver los colores del cielo mientras el sol está asomándose u ocultándose. Me quedé contemplando el amanecer un poco más antes de entrar al castillo y prepararme para el entrenamiento.

Una vez adentro, subí a mi habitación y me vestí con el conjunto deportivo, luego bajé a la cocina y aprovechando que Sindy no estaba decidí hablar con la Reina:

-Su majestad... ¿puedo hacerle unas preguntas?-

En el bosqueWhere stories live. Discover now