—¿Deseas algo de tomar?

—No gracias. Bien, como decía todos los números decayeron cuando decidieron subir los precios, al ser un lugar que queda en una calle muy recorrida donde hay más locales, el tener precios excesivamente altos lo único que hacen es que las personas busquen otras opciones y ya nadie vaya —hago una pausa para pasar saliva al sentir su respiración cerca de mi mejilla.

¿Qué carajo está pasando?

—Siga hablando señorita Levine —ordena.

—Antes... —comienzo con voz baja y la voy modulando poco a poco—, antes el restaurante tenía muchos clientes y era muy reconocido, lamentablemente las distintas situaciones hicieron que todo se vaya a la borda.

Hablo por un largo rato más sobre cada tema que hay en el archivo, sintiendo al rubio detrás de mi casi chocando su abdomen contra mi cabeza.

—Y eso sería todo —suspiro cuando finalizo, veo el reloj de mi móvil disimuladamente y la hora me sorprende. Son casi las doce de la tarde.

—Bien, todo está muy bien explicado —asiente sentándose nuevamente en su lugar, en frente mío.

—Si eso fue todo, supongo que me puedo retirar. Fue un gusto —cuando estoy por levantarme tomando mi carpeta con mi tesis y salir del lugar, él habla nuevamente.

—Señorita Levine ¿Seguirá trabajando en el restaurante? —pregunta haciendo que voltee a verlo.

—¿Perdón?

—Me parece una persona muy inteligente, al parecer sabe retener muchas cosas y realmente estoy buscando una asistente personal para la organización de algunas cosas que no puedo manejar por el exceso de tiempo ocupado que tengo.

—En realidad yo... Bueno yo estoy por terminar la universidad y me estoy especializando en algo en lo que deseo ejercer. Realmente su ofrecimiento me parece una buena oportunidad, pero creo que prefiero trabajar en lo que estoy terminando de estudiar. En caso que desea alguien que trabaje para diseño gráfico y estrategia publicitaria puede llamarme. De igual manera gracias. Adiós señor Harris —el ascensor se abre y no demoro en entrar a este mientras las puertas se cierran y el hombre me mira con su expresión sería que parece ser habitual.

Salgo del edificio caminando un poco por las calles, respirando y distrayéndome de todo.

El nombre de Agus aparece en mi pantalla y contesto.

—Hola Agus.

—Hola Heather ¿Cómo te fue?

—Todo bien, espero la venta del restaurante si suceda.

—Genial, Heather linda... te quiero pedir un favor.

—Claro, dime.

—Puedes tardar dos horas más en venir a casa.

—¿Qué?

—Bueno, tendré un polvo mañanero y pues estaré en mi habitación, por respeto te aviso que no vengas para no llevarte una imagen mental abrumadora...

—¡Bien, muchos detalles! —chillo—, pasaré por el restaurante, hoy tengo día libre por haber ido a la empresa de los Harris, pero supongo que puedo pasar un rato por ahí.

—Bien ¡Gracias! Te quiero y te debo una.

—Bien ¡Diviértete! —lo aliento antes de colgar la llamada.

Recuerdo la carpeta entre mis manos y bufo al darme cuenta que tengo que llevar esto a la universidad para presentarlo, tienen que aprobarla y si no la hacen tomaré en cuenta la opción de comenzar a cruzar la calle sin mirar a los lados.

Tomo un taxi que me lleve a mi universidad y cuando llego camino a pasos rápidos a la oficina del maestro que está encargado de una pequeña parte de revisión del tema.

—Buenas tardes —saludo.

—Buenas tardes.

—Vengo a entregar mi tesis.

—Bien, necesito que complete estos datos —me pasa una ficha de identidad y la comienzo a rellenar antes de entregársela, finalmente entrego mi carpeta y me retiro del lugar.

Nada del otro mundo.

Ahora para ir al restaurante, tomo un bus porque no pienso gastar mis últimos billetes en un taxi.

Cuando llego Andrew me mira extrañado por mi presencia.

—¿Y tú no tenías día libre?

Me encojo de hombros.

—No tengo mucho que hacer realmente ¿Te puedo ayudar en algo?

—Por favor atiende esas mesas de allá, tengo que preparar algunos pedidos —asiento ayudándolo mientras él se pierde en la cocina.

Quizás algún díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora