Jung Yoonoh iba de regreso a su casa, las agotadoras clases habían concluido por ese día, las oscuras calles hacían del lugar un poco más tétrico de lo que ya era. Estaba cansado y el fuerte viento junto con la lluvia lo azotaban fuertemente, impidiendo que caminara estable, aquello no lo ayudaba a conseguir relajarse de lo horrible que había sido su día.
Estaba cerca de llegar a su hogar cuando comenzó a escuchar un extraño sonido provenir del callejón mas cercano. Para esos momentos la lluvia se calmo y el viento soplaba levemente, por ello decidió acercarse y averiguar que era lo que provocaba aquel sonido. Un maullido seguido de otro y otro cada vez mas lastimero, al parecer era un gato lastimado.
Con cuidado de no tocar la suciedad de las paredes y la basura que estaba acumulada, Lee se concentro en encontrar al gatito que maullaba con mucho dolor. ¿Que ser despreciable podía dejar a un animalito indefenso entre tanta basura?
— ¿Donde estas gatito? — mientras apartaba las inmundas cajas de su camino los maullidos del animal cesaron. — Por favor, gatito sigue maullando para que te pueda encontrar.
Y como si el pobre animal lo hubiera escuchado, los maullidos se escucharon mas cerca de su ubicación. Aparto unas tres cajas mas hasta por fin dar con el cuerpito moribundo del felino, lastimado y muy flaquito acostado en una caja marrón. Era de color negro y sus ojos de un intenso dorado, seria un gatito muy bonito si no estuviera todo lastimado.
El pelirrojo coloco con sumo cuidado al animal entre sus brazos, debía llevarlo al veterinario pero a aquellas horas seguramente ya estaría cerrado.
— Eres un gatito muy bonito. — comento el chico acariciando la patita del animalito que lo veía con ojitos brillantes.
En el poco camino a su casa el minino no había apartado la mirada de Yoonoh, estaba encantado con la persona que lo había rescatado, para el gatito el chico pelirrojo era su mas grande salvador.
Al llegar al hogar, Jung se aseguro de darle de comer, y limpiar las heridas del felino. Para ese entonces Yoonoh se encariño bastante con la bola de pelos, y el animal de igual manera no dejaba de perseguir a chico de cabellos rojizos.
— ¿Quieres algo Yongie? — ante la pregunta el gato negro ladeo su cabeza, pareciendo confundido por lo ultimo dicho. — Decidí que si vas a vivir conmigo un bonito nombre deberías tener.
— De ahora en adelante Hyung te cuidara, Mi pequeño Yongie.
^_^
Una larga semana paso desde que el gato negro llego a la vida aburrida de Jung Yoonoh, ahora su pelaje era hermoso y brillante, y se encontraba mas rellenito. Cuando el mayor se encontraba dentro del hogar el felino no lograba alejarse de él, como en esos precisos momentos.
Jung se encontraba concentrado escribiendo en la computadora velozmente, sin apartar la mirada de la pantalla ni un segundo. Que el animal lo miraba desde el suelo maullando y fregándose en su pierna por atención.
— Ahora no Taeyong, esto es algo que debo de terminar para mañana. — el gatito pareció algo indignado por como lo llamo, el se llama Yongie, no Taeyong.
Aburrido de ver al humano en un solo lugar sin moverse, el felino salto directo a la pantalla que mantenía a "Hyung" ocupado. Sentándose en el teclado, el minino Yongie le buscaba lo interesante a aquella caja brillante.
— Taeyong, no es momento de jugar.
— Jung aparto a Yongie de la pantalla manteniéndolo en sus brazos. — ¿Crees que necesito un descanso, Yongie?
— Meoow~
