–Yo no... te juro que yo no...

–Lo sé.

Remus negó con su cabeza y se separó de ella para mirarla, necesitaba que le creyera. Él jamás haría algo así, y creía que sus amigos lo sabían a la perfección, pero por lo visto no era así.

Si James y Sirius creían que él era el traidor... ¿por qué ella no lo haría?

Sollozó nuevamente y limpió sus ojos con furia. Su respiración era entrecortada y bastante acelerada.

–No, escúchame, en verdad yo no hice nada. Sé que lo parece pero...

–¡Rem!

El chico limpió sus ojos nuevamente y la miró con atención. Su labio inferior temblaba.

–Jamás creería eso de ti, y lo sabes. Vamos, eres Remus Lupin, no serías capaz de algo así. –le sonrió limpiando sus mejillas.

–Ellos no creen lo mismo.

–Ellos son unos idiotas, y no saben lo que dicen.

–Pero esos idiotas son mis amigos.

–Lo sé, y sé que duele. –murmuró. –Pero tú sabes que no hiciste nada, tienes la consciencia limpia y eso es más que suficiente. Cuando ellos se den cuenta de cómo son las cosas verán qué tan grave es todo lo que dijeron.

–¿Y por mientras?

–Por mientras... somos tú y yo. –le sonrió un poco.

Remus mordió su labio inferior y miró a su alrededor, dándose cuenta del daño que había causado.

–No quiero que pienses que eres un monstruo o algo similar ¿me oíste? Eres una persona hermosa e increíble.

–Alex...

–No, no pensarás en ello. Dijeron eso porque el miedo los consume y quieren buscar un culpable, pero no tienen razón en absoluto.

Remus asintió con lentitud y miró sus manos, al instante su vista se enfocó en su anillo de compromiso. El enojo volvió a su cuerpo.

–No sé en qué pensaba cuando lo perdoné por primera vez. –murmuró con furia. –Es un imbécil.

Alex hizo una mueca y miró cómo quitaba el anillo de su dedo anular para luego lanzarlo con fuerza hacia el otro lado de la cocina.

–No te juzgo por eso, puedes hacer lo que tú quieras con respecto a su relación, tienes razón en esto.

Él asintió y sorbió su nariz. Alex se levantó y le tendió una mano para que haga lo mismo.

–Causé un desastre. –se lamentó viendo a su alrededor.

–No importa, tú ve a ducharte y a curar esas heridas, yo mientras limpiaré y cocinaré algo.

Remus sintió ganas de llorar. No sabía por qué ella continuaba a su lado, estaba en todo su derecho de correr lejos y quedarse junto a James y Sirius, pero allí estaba.

–Vamos, querido Lunático, no dejaré que te sientas miserable.

Remus, inconscientemente, sonrió e hizo caso a su petición.


Remus, inconscientemente, sonrió e hizo caso a su petición

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THANTOPHOBIA; James PotterWhere stories live. Discover now