"Daniel! Daniel dime que no es cierto! Dime que es una broma de mal gusto de gutierrez!" dijo patty abalanzándose a daniel al verlo llegar a donde todos estaban reunidos.

Daniel simplemente la hizo a un lado "Muy bien, veo que ya están enteradas". Se plantó frente a beatriz y por un momento no supo que hacer. No se dio cuenta por que se había parado ahí si su plan era entrar a ese elevador y marcharse.

Bajo la curiosa mirada de Don Hermes, Daniel por fin ofreció su mano a betty. Ella no le correspondía así que le dijo "Felicidades Beatriz", sus palabras la sacaron un poco del transe y por fin le dio la mano.

De pronto se dio cuenta que todos los presentes los miraban atentamente en silencio así que decidió cambiar de tema rápidamente. "Patricia creo que esto quiere decir que ya no eres la secretaria de roberto" dijo riendo "ahora eres secretaria de Beatriz. Quien lo hubiera imaginado verdad? Bueno, yo me marcho. Don Hermes" dijo despidiéndose de el con un movimiento de cabeza que don hermes reconoció como una muestra de respeto.

"Buenas noches doctor" dijo el papá de betty.

"Eh, papá? Por que no se adelanta. Vayase usted para la casa y yo me voy a quedar aquí resolviendo algunas cosas"

"Y en que se iría? quien la llevaría?"

"No se preocupe, yo veo en que me voy"

"No se me vaya a demorar mucho, betty" fue la advertencia de don hermes. Se giró para pedir el elevador y se encontro con que Daniel había estado esperando dentro del ascensor deteniendo la puerta para que don hermes entrara, gesto que no pasó desapercibido por el padre de betty.

Betty se quedó atrás pues no podía evitar sentir que le debía una explicación a sus compañeras. Y no solo eso, también las había extrañado mucho. Esas mujeres eran lo más cercano a amigas que betty jamás había tenido así que después de un momento incómodo frente a armando y marcela decidió salir a festejar con ellas.

Claro que un rato después se aparecieron freddy y armando en ese lugar. Betty no podía creerlo. Solo quería pasar un momento de diversión. Solo quería festejar un logro que a pesar de las circunstancias ella sabía que se lo merecía, pero no. Armando Mendoza no podía dejarla en paz.

Esa noche el le dijo que la amaba. Betty no pudo evitar reírse en su cara, pero tampoco podía evitar aceptar que sus palabras aún tenían efecto en ella.

"Mi corazón no termina de aceptar la lógica de mi desastre. Es como si por momentos se olvidara de todo lo que don Armando me hizo. Es un traidor que está noche aún latió cuando lo vio y que no tuvo la facultad de distinguir a otro traidor al tenerlo al frente."

Esa noche dedicó a armando unas pocas frases en su diario por última vez.

Al día siguiente, acompañada de su padre y de Nicolás se dirigió al juzgado a enfrentarse con abogadas, jueces y si, Armando Mendoza.

Esa mañana se despertó un poco más temprano para arreglarse. Se dijo a si misma y a quien osara preguntarle que el esfuerzo extra se debía a que se trataba de su primer día de trabajo como presidente de una importante empresa de modas, pero tal vez en el fondo, quería que don armando la viera. Era un pensamiento superficial, pero betty creía que la superficialidad era el unico idioma que armando mendoza entendía así que si perder su amor no significaba nada para el, tal vez verla cada día más bella pero más lejos de el sería la tortura ideal.

Por fortuna todo salió bien en el juzgado y el juez aceptó darles la prórroga de seis meses que estaban solicitando. Además, había evitado eficazmente hablar y mirar a don armando más de lo necesario, claro que el no lo iba a permitir y cuando estaban a punto de irse logró sacarle unos momentos para hablar con ella.

ConvéncemeWhere stories live. Discover now