Limerence | YeonGyu

Extra - The adventures of Soobin!

Está tan excitado.

—¡Mgh! —de su boca escapa algo parecido a un gemido. Su voz se corta al sentir un dedo acariciar por un breve instante sobre su agujero arrugado.

Entonces Soobin lo besa. Le sostiene por el rostro y le devora la boca en un fogoso beso que envuelve y traga a Kai por completo. Sus labios se separan y dejan una fina línea de saliva entre ellos. Huening jadea breve antes de dejarse caer de regreso sobre el escritorio.

Choi retrocede y dirige su mirada a la atención principal. Remueve las bragas, aparta las mejillas y lo ve ponerse rígido al darle suaves caricias por el borde de su ano. Presiona apenas y se queda en eso, en un "apenas".

Hay un silencio repentino mientras Huening intenta asimilar por qué no había conseguido correrse. Espera a que le dé una nueva orden, pero nada sucede.

—Eres un niño, Kai. No te follaré.

Debe estar bromeando, ¿verdad?

No podía estar hablando en serio.

—No meteré nada dentro, lo siento.

Y Kai por fin suelta un quejido de indignación.

—Estaba emocionado, pero no quiero hacerte daño.

¡Choi Soobin, cómo es posible!

—Supongo que podemos intentarlo cuando cumplas veinte.

Su mano se aleja de su agujero y el nerviosismo tienta a Kamal con demasiada facilidad.

—¡Hazlo, maldita sea!

—¿Hm?

Kai siente una mirada de reprobación sobre los hombros y se asusta.

—Yo...

Murmura con vergüenza.

"¡Es tan lindo incluso rogando por sexo!" , piensa Soobin.

Esconde el rostro, pero ve su rubor sobre sus orejas.

—Anda, habla. —Sonríe solo con los párpados. —Dime qué quieres.

—Yo... Bueno... quiero que me f...folles... —jadea con los puños tiesos.

Escuchar a Kai hablando así de sucio hace que su pene se sienta asfixiado.

—Pero eres un niño. ¿Y si Bang PD se molesta conmigo? No quieres que regañen a hyung, ¿verdad?

—Por favor... —gime.

—Ni hablar, debo respetarte. No voy a-

—¡Soobin! —chilla, desesperado. —Por favor...

—Mi lindo chicle pidiéndome que lo folle. ¿Ahora sí gané?

—¡Mierda, hyung! —Las mejillas le arden y ni siquiera puede cubrirse la boca por soltar una mala palabra frente a su líder. Tartamudea con vergüenza —No puedes... tan solo calentarme... y dejarme así... Te necesito dentro de mí...

Lloriquea.

—¡Haré cualquier cosa!

Soobin prefiere dejar de tentar su suerte y aproximarse a lo inevitable.

—Está bien, no llores. Espalda arqueada y no se te ocurra cubrir tu trasero. Quiero tus codos sobre la mesa.

Kai asiente como un cachorro y se queda quieto.

—Te quedarás allí y tomarás todo lo que tiene hyung para darte.

Huening jadea cuando de pronto un dedo irrumpe en su entrada, frío y húmedo. Luego otro, hasta los nudillos. Suelta un exquisito gemido de alivio.