—Bajemos.

Asiento y ambos bajamos entrando al lugar mientras mi amigo me rodea con su brazo guiándome a la mesa que reservó mientras veníamos aquí.

—La decoraron y todo —sonrío emocionada, mirando la mesa con el pastel y los globos de color rosado.

—Todo para mi mejor amiga la antipática.

Lo abrazo mientras siento las lágrimas correr por mis mejillas.

—Gracias por esto..., y-y por todo lo que haces por mí —digo mientras el deposita un beso en mi frente.

—Tú también has hecho mucho por mi Heather, y esto solo es un mini agradecimiento que ocupa muy poco porcentaje de lo mucho que te mereces.

Después de nuestro momento sentimental ambos nos sentamos y pedimos algo del menú.

—¿Cómo te va en tu nuevo trabajo? ¿Son más explotadores que en el anterior?

—Ni me lo digas, esta semana ha sido muy cargada y eso que es la primera. En el anterior restaurante era todo más tranquilo.

—Pero en este pagan mejor.

—Pues por eso me cambie.

—Pronto podrás cambiar tu vida. Terminaras tu carrera, comenzarás a trabajar en algo que te guste y podrás rentar el apartamento de tus sueños y adoptaras aquel perro que sueñas con tener desde pequeña.

—Solo algunas semanas y acabo mi carrera.

—¿Terminaste tu tesis? La última vez que estuviste en mi casa ya estabas por finalizarlo.

—Ya lo terminé —sonrío orgullosa—. La otra semana comienzan las entregas.

—Eso es genial, cada vez estas más cerca de la meta. Estoy muy orgulloso de ti —dice despeinando mi cabello, haciendo que una sensación cálida se instale en mi pecho.

Dos personas traen los platos con comida y comencemos a devorar todo.

—¿Cómo te va con tu ligue? —pregunto llevándome el tenedor a la boca cerrando los ojos al probar el delicioso sabor de la comida.

—¿Dan?

—Si.

—Bueno, creo que ya no somos ligues.

—¡¿Son novios?!

—No —ríe negando la cabeza.

—¿Entonces?

—Es que bueno, no hablamos hace una semana.

—Bueno, no es mucho.

—Pero igual lo vi publicando cosas con su ex, así que doy por hecho que ya no hay nada entre nosotros.

—Uh —carraspeo—, no sé que decir.

—Búrlate, para eso eres mi mejor amiga.

Comienzo a reír forzadamente y él sonríe divertido.

—¿Cómo vas con tu estrés?

—Me duele la cabeza como un demonio y siento fatiga cada momento de mi vida.

—Yo digo que necesitas una buena follada ¿Quieres que te presente a un amigo?

—Y es por eso que hoy me iré a un bar a intentar reactivar mi vida sexual.

—¡Oh, es cierto! —saca de su maletín una tarjeta negra con rojo—, tengo una bonita invitación a un evento de viejitos millonarios hoy en la noche.

Quizás algún díaWhere stories live. Discover now