🍀11🍀

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El milagro agoniza.

Mirabel abrazo a T/n, un abrazo en donde la transmitía fuerza, quería hacerle saber que aunque no la hubiera conocido, ella siempre estaría para ella.

No había visto nada de la vela pero a cambio obtuvo la verdad detrás de todo.

Recordó lo que Isabela le dijo y tomando ambas manos de su prima.

—¿estás bien?—T/n le preguntó un tanto preocupada no sabía lo que su don le había mostrado a Mirabel.

Pero no parecía ser nada bueno, primero la abraza y ahora le dirá algo.

—ese día, Isabela me dijo que ese día, ella intentó de todo por sacarte del cuarto pero no lo logró y que se arrepiente pero que nunca te abandonó.—la expresión en el rostro de T/n nuevamente se tenso parecía que estaba recordando ese día.

Y como Mirabel tenía agarrando sus manos, la volvieron a transportar a otro recuerdo.

Bruno sólo veía como su hija nuevamente tenía ese color de ojos.

Cada vez que ocupaba su don cambiaba de color de ojos.

Mirabel había sido transportada a otro recuerdo de T/n, parecía que ahora ya todos habían crecido y su primo Camilo ya había nacido.

Ella en estos momentos debería estar en el vientre de su madre.

De repente comenzó a escuchar las voces de su familia y de más.

—Camilo es muy lindo.—esa voz pertenecía a su prima.

—si, no puedo creer que así un día nosotros estuvimos.—ahora esa voz pertenecía a un hombre.

Se acercó un poco, no tenía a ningún primo hombre más que Camilo y Antonio.

—sabes Mariano creo que me agradas.—

Y entonces cuando lo vio, estaba Mariano con T/n en el suelo cuidando de Camilo, ahora sabía que los Guzmán quizás tenían una relación más profunda que la del compromiso de Isabela.

—tú también me agradas T/n.—el joven Mariano tomó las manos de T/n y sonrió.

Parecían estar felices el uno con el otro y Camilo sólo dormía.

Antes de que pudiera pasar a otro recuerdo, en ese momento, la abuela Alma llegó junto con la señora Guzmán y rápidamente alejaron a los dos niños.

Para dejarlos a una distancia larga.

—no toques a mi hijo.—la señora Guzmán le grito a T/n.

—T/n ya habíamos hablado sobre ello no debes tocar a la gente, tu don...—la abuela alma no sabia como decirle.

—mi don es una maldición y debo saber mi lugar en la familia, vivir como si no existiera.—la expresión en el rostro de T/n cambio.

Se alejo de la abuela para subir a su cuarto y encerrarse nuevamente.

Sin embargo pasó algo que Mirabel no se espero, su prima Dolores subía las escaleras con un plato escondido debajo de su ropa.

—¿puedo pasar?—susurro Dolores en la puerta de T/n.

La puerta se abrió y antes de que se cerrará, Mirabel corrió para entrar.

—ten, he traído tu plato de comida.—dolores le dio su plato lleno de comida deliciosa.

—se ve muy rico.—T/n susurro igual para no lastimar a su prima y comenzar a comer.

Parecía que la relación con todos, T/n se llevaba bien pero cada vez que llegaba la tía Pepa o la abuela todo eso cambiaba.

Ahora que lo notaba no había visto a su madre durante todo el tiempo que el don de T/n le mostraba estos recuerdos.

Y como si lo estuviera pidiendo, el escenario cambió por última vez y por primera vez vio a su madre joven.

—tía Julieta!!—T/n llegó corriendo a los brazos de su madre.

—mi pequeña T/n.—su madre abrazo a su prima.

—sabes hoy conocí a un niño, su nombre es Mariano me cae bien pero se que no podré ser su amiga.—

—cariño si vas a poder, si el chico quiere entonces los dos serán amigos.

—la abuela dice que mi don está maldito.—

—sabes que es lo que yo creo?—

—qué?—

—que mi sobrina tiene uno de los mejores dones y ayuda de igual forma a la familia.—Julieta beso la mejilla de su prima unas cuantas veces.

Donde T/n reía alegremente, parecía que con la única que se sentía cómoda de sus tías, era su madre.

Apesar de que la señora Guzmán sería como la abuela de T/n y Mariano su primo no lo sabían.

—el milagro agoniza.—

Escucho susurrar a su prima y no se dio cuenta en que momento, el escenario feliz cambió.

Y ahí vio aquella visión donde casita caía pero la forma de que el milagro no se apagará.

Tenía que ser con un sacrificio.

Volvió a su realidad original y su prima cayó al suelo inconsciente.

—¿T/n?—trató de llamarla pero no reaccionó.

—debemos llevar a la casa, su don se apodera de ella y no queremos saber que pasa.—Bruno cargo a su hija en brazos y corrió junto a Mirabel hacia casita.

Sin saber que en cuanto llegarán el milagro comenzaría a agonizar.

🍀La Hija De Bruno Madrigal🍀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora