PᴏᴋᴇʀFᴀᴄᴇ |Chishiya Shuntaro

♢Vɪɴʏʟs

Tenía una pequeña tienda, una tienda junto a Momo. Un chico alegre pero tremendamente tímido.

Lo conocía desde la escuela, él y yo siempre fuimos a lo nuestro. Pero en algún momento nos volvimos cercanos.

Nunca fui alguien que formara un lazo estrecho con nadie, ni siquiera con familiares. Pero Momo era alguien que merecía la pena. Tampoco hablé anteriormente con alguien fuera de mi círculo si no había otra intención más allá de mi propio beneficio, pero él era Momo.

La ruidosa canción que estaba sonando terminó y empezó otra mucho más dulce.
Jugaba con la baraja de póker que tenía entre mis manos mientras esperaba a que el cliente eligiera lo que deseaba comprar.

ㅡGracias por su compraㅡ agradecí cuando la joven terminó de pagar y marchó hacia la salida.

ㅡ¡Hora de cerrar!ㅡ canturreó el rubio mientras se acercaba.

ㅡPor fin.ㅡ me quejé a lo que él soltó una ligera carcajada.ㅡ Cierra la tienda antes de que alguien más decida entrar.

ㅡMarchando jefaa. ㅡ alargó la última vocal contento, yo solo me senté.

Fui sacando los bocadillos y café que comeríamos mientras Momo iba a voltear el cartel de "Abierto" y volvía con prisa. Miré mis manos rojizas por el tiempo que hacía.ㅡQue hambre, llevo toda la mañana sin comer. Rápido, rápido Isamu.

ㅡ¿No te dije que desayunaras antes de venir? ㅡhizo una mueca y decidió ignorar mi pregunta. Hacía frío y llevaba puesta mi sudadera negra extra grande cuyo bolsillo central era tan amplio que podía guardar mis manos junto al café para mantenerlas calientes.

Recuerdo que Momo me contaba sobre una serie que estaba viendo esos días, - razón por la cual no durmió y no pudo comer nada en la mañana - cuando fue interrumpido debido a un fuerte ruido junto a cristales rotos fuera de la tienda.
Los dos nos miramos extrañados, Momo se quedó mirando asustado hacia la puerta mientras que me acercaba a ver.

Fui estirando mis brazos antes de estar frente a la puerta. Ya había tratado con un par de altercados antes, la primera con un borracho violento y la última fue con un par de chicos que parecían de alguna banda.
Estos últimos no dieron problemas en irse, y esperaba que quien quiera que fuera hiciera lo mismo.

Pero al abrir la puerta solo vi como absolutamente toda la vida de Tokio había desaparecido, sin dejar rastro. Los carteles y letreros que antes adornaban las calles estaban apagados. Y ninguna de las tantísimas personas que estaban pasando momentos atrás se encontraban ahí.
Podría jurar que aún escuchaba las voces de aquellos que pasaban, ajetreados, sumergidos en sus problemas.

ㅡNo hay nadie. ㅡladeé mi cabeza aún analizando el parámetro. Momo se situó tras mi.

ㅡ¿Qué...? ¿Dónde están todos?ㅡ su voz tembló un poco y se agarró a mi sudadera.