ソウルメイト

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« esta es la historia de dos amantes condenados eternamente al dolor de no tenerse en los brazos del otro. la historia de un alma separada en dos cuerpos, maldita para el resto de los tiempos a no ser capaz de volver a unirse. esta es la historia de mis manos vacías, de mis ojos medio cerrados intentando verte en la neblina de mis recuerdos. desearía ser capaz de contarla de principio a fin, sin sesgos, sin bloqueos, pero para eso deberías seguir aquí. por lo tanto, solo puedo contar mi mitad, el débil sueño febril que he conseguido retener con mucho esfuerzo, la justificación trivial a mi pena que he conseguido forjar con mucho trabajo.

es curioso pensar en cómo el tiempo me ha cambiado desde que te esfumaste como el humo. y con curioso quiero decir insoportablemente doloroso y aterrador. mis músculos se han estirado, mis huesos se han erosionado, mi piel se ha vuelto dura. mi pelo ya no esconde mi frente, ahora mis facciones se presentan todos los días al mundo como si mañana mismo fueran a ser incineradas. perdí la inocencia y la volví a encontrar, pero está corrupta, ya no es igual que antes. nada es igual que cuando formabas parte de la historia. en aquel entonces, todo era horriblemente estático, y mi mente se batía en una lucha a vida o muerte por combatir el estatismo. así, golpe tras golpe, todo se volvió convulso en la cueva tras mis ojos. pero tú te mantenías ahí, abriéndome la puerta, encendiendo la estufa, acariciando mis labios débiles, dándole color a las paredes.

es doloroso pensar en cómo te he buscado cada día desde que nos despedimos. de alguna forma, es como si nunca te hubieras ido, como si te hubieras quedado pegada a mi espalda, y por más que me gire a verte, jamás me cruzo con tu mirada. tomamos rutas opuestas, y aunque pensé que iba a morir en más de una ocasión, nunca lo hice. pensé que no sería capaz de reconstruirme si tú te habías llevado lo más importante para mí. y sin embargo aquí estoy, intentando ser una persona, cargando mi cabeza en mis hombros, y mi mente dentro de ella, y mis recuerdos dentro de ella.

me he imaginado junto a tantas personas que sería ridículo darte un solo nombre. he intentado estar ahí, al lado de alguien, tratando de encajar como nosotros lo hacíamos. he inventado millones de historias en mi cabeza en las que soy para alguien lo que tú eras para mí. todos esos intentos, todas esas películas han sido tan fugaces que a veces no puedo distinguir cuáles fueron reales y cuáles fueron una invención de mi subconsciente, que se esfuerza flagrantemente en visualizarme siendo feliz de nuevo, como un talismán. todos ellos han sido tan efímeros y débiles en comparación contigo que siento que podría ganar en una pelea a cualquier ser humano sobre la faz de la tierra, excepto a ti. nadie sería capaz de dejarme unas cicatrices como las que tú me dejaste por todo el cuerpo.

es irónico pensar que eres la única persona junto a la que podría sentirme satisfecho, realizado, feliz, y que un día simplemente desapareciste de mi realidad tangible. es una espina imposible de sacar, que tapona las arterias de mi corazón. es un dolor tan hondo que empiezo a creer que dentro de las personas existen universos, porque el mío debe estar plagado de agujeros negros. no puedo evitar bloquear recuerdos, me gustaría decir que me acuerdo de todo mucho mejor de lo que en realidad lo hago. no recuerdo cuándo te fuiste, ni cómo, ni si fui yo quien lo hizo, o si fuimos los dos, o si no fue ninguno. solo recuerdo imaginarte creciendo a mi lado, estando juntos, envejeciendo juntos. y desde que no estás aquí no tengo ningún motivo para crecer, ni para envejecer.

solía pensar que iba a visitar todos los lugares del mundo, a vivir en muchas avenidas y bulevares, a dejar mi presencia impregnada por las calles de todas las ciudades de este planeta. estaba convencido de que ese era el sentido de mi vida, ver el mundo con mis propios ojos, disfrutar de los paisajes, de los colores. ahora, cada vez más pienso que estoy destinado a quedarme aquí, encerrado en estas páginas, evocando tu recuerdo una y otra vez, como si eso fuera a hacer que aparecieras por arte de magia, porque ya no tiene sentido visitar ningún sitio si no es a tu lado, ya no tiene sentido ver el mundo si el sentido de mi mundo eras tú.

¿tiene sentido que seamos almas gemelas y que ya no estemos juntos? ¿nos volveremos a encontrar? me gustaría decir que soy capaz de seguir con mi vida sin hacerme estas preguntas cada vez que visitas mi mente, pero es inútil mentirme a mí mismo. es estúpido decir que no me imagino que estás aquí, que vivimos juntos, que seguimos compartiendo todo lo que solíamos compartir. me gustaría deshacerme de todo esto, deshacerme de ti, pero no puedo hacerlo porque tu personalidad es la mía, tus manierismos son los míos, tus expresiones son las mías, tus ojos son los míos y tus dedos son los míos. ¿cómo voy a deshacerme de ti, si estás justo aquí, dentro de mí todavía? no puedo arrancarme tu recuerdo, no puedo arrancarme la voz que llora tu nombre, no puedo arrancarme de los ojos los colores que tú nombraste.

por eso, no me queda más remedio que aprender a vivir con tu fantasma. por eso a veces te hablo, como si te invocara. puede que, dondequiera que te encuentres, tú también me invoques a mí. puede que todo este tiempo hayamos estado hablando a través de un hilo invisible que nos une, y que por eso sienta que, aunque nos hayamos separado, sigues aquí presente. puede que nuestra alma sea una, y que por eso siempre vas a estar donde yo esté, escuchando mis lamentos, mis risas solitarias, mis fantasías irrealizables. y que yo esté siempre a tu lado, aunque me cambie de casa, aunque intente no oírte en los silencios de mi realidad. ¿qué más da si es verdad o no? para mí, es y será así.

puede que algún día me despierte mientras sale el sol y vuelva a ser feliz. puede que algún día lo logre. puede que algún día, en mi camino opuesto al tuyo, encuentre aquello que me falta. puede que aquello que me falta sea un poco más de tiempo, ese tiempo aterrador que arruga mi piel y hace que el mundo cambie. puede que, en realidad, no me falte nada. puede que, un día, me levante junto a otra persona, que la mire y se me llenen los ojos de lágrimas, que sus ojos sinceros alumbren mi rumbo.

ese día, me levantaré y estarás ahí, justo a mi lado. pero tu fantasma ya no me hará gritar de desesperación. serás solo un brevísimo estímulo visual, como una mota de polvo a contraluz. sin embargo, yo sabré que estás ahí. y yo estaré con otra persona, y tú seguirás ahí. y te seguiré hablando en mi recuerdo. porque es tradición, yo hago cosas y te hablo sobre ellas. como lo solíamos hacer, cuando eras más que un fantasma. como lo solía hacer, aun cuando dejaste de ser. »

la casita blancaWhere stories live. Discover now