(...)

Draco arrugó la cara al oler a Rob diferente. No era su olor, el jazmín no flotaba por el aire cerca de Rob, olía de una manera más apagada, más omega.

"¿Tienes omega?"

Rob miró a Draco, deteniendo su inspección en uno de los dibujos del antiguo libro. El alfa frunció el ceño, genuinamente sorprendido.

"No."

"Hueles a omega."

Rob cerró el libro y lo guardó. Ahí terminó la conversación.

Draco estaba cada vez más emocionado con la idea de que sus cachorros estaban protegidos en su vientre. Rob no sabía con exactitud cuántos serían, pero debido a la fertilidad de Draco y los genes de los hermanos, avecinaba que, como mínimo, habría tres pequeños cachorros desarrollándose ahí.

Un día, Draco estaba leyendo uno de los libros de Rob sobre fracturas de huesos. Los médicos vendaban las partes lesionadas o las recolocaban a la fuerza bruta, el omega pensó que era una manera muy brusca y dolorosa, pensó que jamás dejaría que alguien le hiciera eso a ninguno de sus bebés por muy dislocado que estuviera un hombro.

No había leído ningún texto donde hubiera algún médico que hubiera visto a una persona por dentro.

Draco tuvo mucha curiosidad.

"Rob."

El rizado estaba ocupado limpiando herramientas y frascos vacíos. "Dime."

"¿Qué hay aquí?" Draco se llevó una mano al pecho.

Rob lo miró unos instantes, quieto y en silencio.

"Según la religión, alma, sangre y carne."

"¿Y aquí?" Se tocó la pierna.

"Carne y sangre."

"¿Qué hay aquí?"

"Más carne y más sangre."

"¿Nunca has querido saber qué hay dentro?"

El frasco se resbaló de las manos de Rob, sobresaltando a Draco cuando se rompió. El alfa siseó una maldición entre dientes, el suelo se bañó en trozos de cristal partidos.

"Nunca vuelvas a preguntar eso, Draco." Le dijo muy seriamente su mejor amigo, Draco titubeó.

"¿Por qué lo dices?"

"Te matarán si lo haces."

Draco sintió una presión en el estómago, instintivamente se llevó una mano a su vientre apenas abultado.

"¿Qué hay de malo en querer saberlo?" Murmuró con cierto temor. No entendía por qué Rob se veía tan inquieto, como si temiera que alguien los hubiera escuchado.

"La gente de aquí piensa que la medicina no existe, imagina cómo se podrían si supieran que quieres descubrir qué órganos hay dentro." Refunfuñó el médico.

Draco frunció el ceño. "¿Has dicho órganos?"

El silencio se extendió por el ambiente. Rob quedó estático, mirando a Draco con cierto nerviosismo. Todo se volvió tan tenso que era angustiante, y entonces Draco supo que había algo que Rob no le había contado.

"¿Es lo que hay, hay órganos dentro de nosotros?" Insistió.

"Draco."

"¿Qué te pasa, Rob?" Draco lo miró con preocupación. Cuando todo lo que hizo Rob fue bajar los ojos y fruncir sus labios carnosos, Draco se levantó de su asiento y caminó hasta su amigo. "Nunca has olido a un omega, y ahora de repente hueles a una. Llegas tarde cuando quedamos, siempre estás tenso y ahora esto." Replicó con suave tristeza.

blåøyde omega ;; trillizos!potter [harco]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora