— ¿Está bien? Por favor dime que está bien. —la madre lo miró. Jay estaba desesperado y en los ojos de la mujer se podía notar la cantidad de lagrimas que había derramado.

— Salió de estado crítico, ahora queda ver su evolución hasta que despierte. —lo miró sería— ¿Qué haces aquí? Sabes perfectamente que no debes estar cerca de ella.

— Quieren alejarme de ella, pero en verdad no puedo y no quiero.

Estuve con todo el apoyo de mi madre recuperándome, psicólogos detrás de mí cada día, yo sabía que sería difícil superar esas perdida pero había que seguir adelante

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estuve con todo el apoyo de mi madre recuperándome, psicólogos detrás de mí cada día, yo sabía que sería difícil superar esas perdida pero había que seguir adelante. Hubo momentos donde llegué a preguntarme; ¿qué hay de importante en el futuro? ¿por qué simplemente no dejarlo? por eso quise a los psicólogos, no quería volver a caer.

Las sesiones de recuperación fueron exitosas tras dos meses, podía caminar con más facilidad, correr y saltar, pero aún no me animaba a pegarle de nuevo a una pelota. Sentía mi cuerpo aún débil, sin ganas y con miedo de pegarle a una pelota, miedo de tirarme en busca de pelota o saltar por la pelota y llegar a lesionarme por la debilidad que sentía.

En cuanto me reencontré con mis compañeras no quería soltarlas, no quería dejarlas ir, cada abrazo se sintió como un peso menos de mi cuerpo, sentí un gran alivio de tenerlas conmigo. Aún así, en el funeral sentí nuevamente ese peso, ahí los veía bajar a ambos, en una caja grande y debía entender que no los vería más emocionados por un partido, verlos sonreír o tan solo sentirlos a mi lado.

Fue una etapa muy difícil, se pudo comparar con mi pasado, pero aún nada pudo superar ese pasado tan doloroso.

Era un día de vacaciones de verano cuando decidí volver al club

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Era un día de vacaciones de verano cuando decidí volver al club. Pasar por cada lugar de entrenamiento de cada deporte y verlos tan enfocados, disfrutando y con ganas de más, me generaba mucha emoción. Pero, fue cuestión de llegar a la cancha y verla vacia para sentirme decaída, estaba todo apagado, muy solitario, muy silencioso. Nunca había escuchado de esa manera el lugar, siempre eran pelotas pegando fuertemente el piso, los golpes de cada mano sobre la pelota, ruidos de zapatillas yendo de un lado al otro.

Habían pasado ya 6 meses del accidente, todas las chicas del equipo se dieron de baja, no querían jugar más, no se sentían a gusto. A mi también me hubiese gustado poder dejarlo, pero no es una simple broma cuando digo; el voley me salvó. Era mi vida, mis ganas de seguir adelante, y esta vez no iba a ser la excepción.

Prendí las luces y con todas mis fuerzas puse la red y la ajuste como debía estar. Las pelotas estaban allí, juntando polvo como tesoro olvidado. Tomé una y la limpie con mi remera, miré detrás de la red y ahí era donde debía de llegar mi saque. Me puse en posición, miré la pelota, me preparé y lancé la pelota encima de cabeza y un poco más adelante. Corrí detrás de ella como si fuese la primera que vez que lo hacía, salté con mucho impulso y mi mano de atrás viajo con bastante poder en busca de pegarle a la pelota. El toque de mi mano y la pelota fue magnífica, salió disparada por encima de la red y cayó dentro de la cancha. Sonreí feliz, era conmovedor, era felicidad que recorría mi cuerpo.

— ¡Wow! Eso fue genial. —una voz femenina me asustó por completo. Estaba en la entrada del gimnasio con un asombro en su rostro— Me llamo Hikaru, Ezaki Hikaru. Soy libero.

— Hola, me llamo Lim Yian, suelo ser central. —tenía un aura, una vibra o energía tan brillante.

— Me dijeron que no había un equipo de voley desde el accidente, pensé que después de tanto habían vuelto pero aún no hay nadie. —asentí yendo a tomar otra pelota.

— Únicamente estoy yo, aún no sé qué hacer. —dije mientas Hikaru dejaba su bolso y venía a mi lado junto a su pelota.

— ¿Qué te parece crear un nuevo equipo? Puedo ayudarte, conozco varias jugadoras y vengo de varios clubes. —limpió la pelota que tenía en mano y prosiguió a sacar— Que lastima no poder sacar.

La idea era bastante buena, pero de aquí a reunir un nuevo equipo era un camino bastante largo. Hikaru corrió en busca de su bolso y de allí sacó un papel y un lápiz.

— Mira, son jugadoras que anoté por cada posición y por su nivel al jugar. Si quieres podemos ir por ellas y de a poco lograremos tener de nuevo a las Amsaja. —me miró y lo pensé por un momento.

— Creo que será un trabajo muy difícil, —me miró un poco desanimada— pero acepto. —su rostro cambió por completo y sonrió muy entusiasmada.

— ¡Siii! —dió unos pequeños saltitos y tomó mi mano— Vamos, no hay tiempo que perder.

' Behind the net - JayWhere stories live. Discover now