It's hard to love

#1 La arcilla tambien puede moldearse

Y ahí estaba, siendo juzgada por muchas, muchas miradas, no estaba siendo paranoica...¿o si? William Jill Dean, varón, si , a pesar de hablar de mi misma como una chica, yo estaba siendo forzada a ser un hombre en toda regla. Por mas de 19 años habia sido moldeada conforme a los retorcidos gustos de "el hombre ideal" que mis padres deseaban. Cuando mis padres supieron que seria una niña pensaron en darme en adopción, hasta la idea de abortar sonaba tentadora, ellos solo querían varones.

Pero mi madre tuvo la mas enfermiza e inhumana idea que su mente pudo crear: 

-"¿Porque no hacemos de ella el niño perfecto?"

Por alguna razón mi padre secundo su idea, para el no importaba mientras tuviera su ansiado heredero. Desde que tengo uso de memoria recuerdo usar ropa de niños todo el tiempo, incluso veía a las niñas de mi edad jugar con cosas como maquillaje,  podía mirar como se ponían preciosos vestidos, mientras yo solo quería ser normal...una niña normal.

Cuando mi pubertad golpeo como a cualquier chica empezarían a crecerle los pechos además de comenzar con menstruaciones, pero no, yo jamas experimente eso, cuando un doctor lo dictamino mis senos fueron reducidos a nada, me sometieron a un tratamiento asi que nunca conoci la menstruación, nunca la conocería, pronto la testosterona corría por mi torrente sanguíneo.

Poco a poco empece a tener cambios notables y no habia nada que pudiera hacer solo ser sometida a lo que ellos consideraban bueno para mi....no mas yo.

El vello en zonas como el pecho y axilas empezó a predominar, obviamente como era el "chico perfecto" no podía estar asi por la vida asi y me hicieron una depilación en la que se incluyo hasta mis brazos, ejercite hasta que me dolieron los huesos y hasta que tuve que ir al hospital por varios desmayos, la comida era muy reprimida, debía mantenerme en un peso ideal, nada de comida grasa, si no una dieta especial para mantener mis músculos en su lugar, tomaba vitaminas de complejos que nisiquiera sabia que existían.

Con el pasar de los años fui sometida a la ultima cirugia que terminaría por enterrar mi genero de nacimiento, un pene fue colocado que era capaz de cumplir todas sus funciones necesarias. Aun recuerdo las primeras erecciones que tuve, estaba confundida, asustada, pero sobre todo utilizada como una maldita rata de laboratorio.

Cada tanto era llevada a clases especiales, tiendas de ropa, nutriólogos, gimnasios y por sobre todos: quirófanos, estaba tan traumatizada que cada vez que salíamos temblaba ante el pensamiento de que algún bisturí o aguja seria introducido en mi.

Para mi buena suerte las cosas se detuvieron en algún momento entre mis 20 y mis 22, mis padres consideraron que era perfecto, tanto mi voz, mi manera de ser, incluso mi vestimenta, todo coincidía con lo que siempre soñaron y no repararon en meterme a una carrera que ellos consideraron seria valiosa y poderosa en la empresa. 

Consideraron que seria el candidato perfecto para el puesto, nunca consideraron la cantidad de veces que me quede dormida en mi escritorio estudiando hasta tarde, los desmayos por el constante cansancio tanto físico como emocional que obtuve y por el que rogué a mis maestros jamas fuera mencionado a mis padres, poniendo la excusa patética de que mi padre era de corazón debil y saber que su hijo pasaba por tal cosa podría afectarle de sobremanera. Pero quien realmente estaba aterrada hasta el alma era yo, la ultima vez que fui reprendida termine molida a golpes por mi padre mientras mi madre solo miraba desde arriba con una mirada de decepción... 

-"¡Para por favor!"- gritaba todo lo que mis pulmones me permitían, mi garganta ya dolia por la intensidad, el dolor punzante de los golpes eran poco con las palabras.

-"¡Cállate! Debimos hacer caso a lo que dije y abortarte cuando pudimos. ¡Eres un maldito fenómeno que solo respira porque queremos, podríamos desaparecerte con solo un chasquido de dedos! "