El dios de la desgracia

1

Mira las navajas en el suelo, jamás pensó que Chuuya haría algo así, sabe que el pelirrojo está casi tan en la mierda como él, pero la imagen de Chuuya haciéndose esto lo pone tan mal, como si fuera algo que no debería ocurrir bajo ninguna circunstancia, se siente mal.

Incluso prefiere pensar que alguien en la mafia el jugo una broma pesada con las navajas y por eso esta así, el llanto es solo Chuuya llorando por una película de tragedia, si, eso es, lo que sea con tal de no pensar que Chuuya se hizo eso a si mismo

Dazai sabe que podría irse, Chuuya no va a morir por lo que sea que se hizo, hace falta más que una navaja para matarlo, pero algo lo hace quedarse, con los labios apretados camina hacia Chuuya y corre la cortina del baño.

Chuuya está ahí, encogido patéticamente rodeado de agua con sangre, los sollozos se detienen volviéndose hipidos al ver a Dazai

El castaño no puede ver los cortes, Chuuya está hundido hasta los hombros.

Ellos se conocen hace 7 años y Dazai puede asegurar que nunca vio una mirada tan destrozada en esos ojos, Dazai quiere apartar la mirada de la de su ex pareja, le duele demasiado verlo así.

Tan frágil, tan vulnerable, esos no son adjetivos que van con Chuuya. Chuuya es ese líder fuerte que recibiría un disparo en el pecho por sus subordinados, no este joven que parece que si Dazai lo toca se romperá en sus brazos.

Su único consuelo, tal vez, es que incluso en tal situación Nakahara Chuuya no deja de luchar frunciendo el ceño y gritando molesto a Dazai, pero los ojos no mienten, se siente apagado y sin vida.

—Chuuya— Es lo único que atina salir de sus labios, lo dice en un tono con nada más que absoluta seriedad.

"No finjas, lo se"

Chuuya calla sus gritos, aprieta los labios y mira hacia el agua ensangrentada.

—Largo— Exige.

—Chuuya— Repite su nombre, no sabe bien que decir, jamás fue bueno en esto —Tienes que dejarme vendar tus heridas—

—Es mi problema, largo— Insiste, no aparta la mirada del agua, levanta su muñeca tallando su rostro para borrar las lágrimas.

Dazai ve que esta está completamente limpia, sabe que Chuuya no lo haría tan visible, tienen que estar en sus piernas o torso.