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7 años después

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7 años después

Narra Camilo.

Me levanté entusiasmado por mi cita con Verónica, había hecho todas mis tareas el día de ayer para tener el día libre y salir con ella.

Me vestí con rapidez y salí de mi habitación, pero al salir casi era golpeado por una mesa que traía Luisa.

- Oh, lo siento mucho Camilo.- Sin más, bajo a la primera planta.

Me di cuenta que tanto la primera planta como la segunda estaba siento decoradas por miembros de mi familia.

Confundido baje encontrándome a Isabella usando su don para decorar algunas paredes con flores color melocotón.

Hace dos meses ella dejo de hacer eso, ahora solo hacia cactus o flores extravagantes.

- Isabella, ¿porque todos decoran la casa?- Ella simplemente me ignoro para seguir decorando.

Luego me encontré a Mirabel quién sostenía una canasta con decoraciones.

- Mirabel,¿sabes porqu...- Ella solo paso de largo a lado mío ignorandome.

Estaba apunto de retomar mi camino, cuando mi madre apareció con un arcoiris sobre su cabeza.

- Mamá,¿y ese arcoiris?

- Oh, esto...solo estoy muy feliz, tu también debes estar lo,¿no?- No entendía a qué se refería, así que solo le seguí la corriente.

- Claro que sí mamá, demasiado diría yo.- Dije tratando que sonora entusiasmado.

- Me alegra escuchar eso, no puedo esperar a que ella llegue.- ¿Ella?

Mi mamá se fue y yo salí de casita más confundido que antes.

Caminé al pueblo y todas las calles, incluso las casa, estaban decoradas con listones y flores de colores color melocotón.

Las personas se movían de un lado a otro con canastas con arreglos o de comida, esto era una locura.

Okey, ¿que demonios sucede hoy?

Me encontré con mi hermano menor quien venía sobre su jaguar cargando unas decoraciones.

- Toñito, ¿sabes que pasa? ¿porque todo el pueblo se mueve tanto? ¿sabes algo sobre las decoraciones?- Pregunté. La curiosidad se estaba apoderado de mi.

- No losé.- Eso no responde mis preguntas. -Cuando me levanté mamá me pido que viniera por estás decoraciones para la casa.- El jaguar siguió su rumbo dejándome solo.

Sacudí mi cabeza tratando de despejarme y corrí hasta la plaza para encontrarme con Verónica.

Luego de esquivar a las personas que colocaban los arreglos, llegué. apenas la vi mi tonta sonrisa apareció en mi rostro.

Se veía tan hermosa como cada día.

- Verónica, perdón por llegar tarde.- Dije acercándome a ella algo apenado por el retraso que tuve.

- No te preocupes Cam.- Dijo con una sonrisa.

- Oye,¿sabes que pasa el día de hoy? Veo muchas decoraciones color melocotón.- Tal vez ella sabe algo.

- No, mis papás no me dijeron nada. Ellos también están ayudando con las decoraciones.

Dejamos ese tema de lado y nos dispusimos a iniciar nuestra cita.

Narrador omnisciente.

El pueblo de Encanto estaba más movido de lo habitual y era de esperarse cuando la Abuela Madrigal anuncio que la hija de cierta familia amada por el pueblo, regresaría.

Todo era una locura tanto en el pueblo como en la casita Madrigal, todo debía ser perfecto para la llegada de la jovén.

Todos la esperaban entusiasmados. Bueno, casi todos.

En la casita Madrigal, Isabella se aseguraba que todo estuviera en su lugar y que todo fuese perfecto.

Aún que dejó de ser la "señorita perfección" después de lo sucedido hace dos meses, eso no quitaba que fuera así para la llegada de la joven.

- Dolores, ¿sabes por dónde viene?- Preguntó la pelinegra tratando de saber la actual ubicación de la joven.

- Le quedan diez minutos de viaje.- Dijo tranquila.

- Mirabel, Toñito.- Los mencionados la miraron. -Avisen a todo el pueblo que llega en diez minutos.- Los dos Madrigales asintieron y salieron de casita rumbó al pueblo.

Los minutos pasaron y todo el pueblo termino de decorar, ahora solo esperaban la llegada de la jovén.

Algunos estaba en las calles esperando, otros en los balcones de sus casas. Todo el pueblo estaba ansioso de volver a ver a esa jovén otra vez.

El sonido de un caballo y una carreta comenzaron a hacerse presente en la entrada de Encanto. Esta se detuvo y de ella bajo una joven con una belleza inigualable, vistiendo su ya conocida falda larga color melocotón con rosas doradas, una camisa con un cuello abucheado y sin escote color blanco y detalles dorados, su hermoso y brillante cabello marrón suelto y unos labios color rojo bermellón.

El pueblo estaba fascinando por la belleza de la jovén. Los chicos la miraban con una sonrisa amplia al igual que muchas niñas y niños.

Ante la mirada del pueblo, la joven sonrió ampliamente mostrando sus brillantes dentadura, hasta eso era hermoso en ella.

Todos comenzaron a acercarse saludándola y dándole la bienvenida nuevamente a Liliana Sánchez.

Aquella niña que se fue hace siete años regreso ahora como toda una señorita.

Lo que muchos de los ancianos y adultos pensaban era...

"La belleza del pueblo regreso."

Holaa!

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Holaa!

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