05 El robo

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∆Gabriella Holt

—Vaya, vaya, mirad cuántas cosas bonitas tenemos aquí.—Dice uno de los ladrones sacándome de mi estado de shock.

—N-no nos h-hagan daño por favor—dice alguien.

—No lo tendremos que hacer si cooperan.—Nos dice a todos apuntando con las armas.—Bien, esto va a ser muy sencillo gente, darnos anillos, perlas, diamantes, relojes, carteras, y nadie saldrá muerto.

—No hos daremos nada— dice mi papá acercándose a ellos, el que estaba hablando se acerca y le pega la pistola a la frente.

Yo hiba a hablar pero el ladrón me interrumpe.

—Nos darán lo que queremos o te mato—Le dice a mí papá.

—S-si—tartamudea mi papá dandole el reloj y todo lo otro que traía, la verdad el siempre a sido un poco cobarde para estás cosas.

Quien no mujer le está apuntando con la pistola en la frente.

Toda la gente le empiezan a dar todo, yo por mi parte sigo sin moverme de atrás de la mesa.

Uno de los tres ladrones el más alto se acerca a mí y yo doy un paso atrás.

El se va acercando más a mí, se detiene adelante de mi y yo levanto la cabeza para verle a la cara, el tiene una capucha puesta en el rostro que no me deja verlo pero igual se ven sus ojos y me doy cuenta de que esos hermosos ojos los e visto antes, no sé dónde pero los había visto antes.

El acerca su mano a mi cuello para sacarme el collar pero yo levanto mi mano y la paró.

—Dame el collar—Murmura en un tono frío, muy poco intimidante como si no lo quisiera hacer.

Yo no se lo quiero dar ya que era de mi mamá pero se que si no se lo doy puede que me mate, si de algo estoy segura es que este tipo de personas no tienen corazón.

Yo le suelto su mano, me saco mi collar y se lo doy el lo coge, mis ojos por un momento se vuelven a encontrar con los oscuros y penetrantes ojos de el y no se por que todavía me recuerdan a alguien pero no recuerdo a quien, nuestras miradas se separan y el se va.

Yo me dispongo a mirar bien a los ladrones, pero no puedo verlos ya que también ellos están vestidos de negro por completo.

Solo puedo ver qué los otros dos tienen los ojos verdes y son casi del mismo tamaño, y al que le di el collar tiene los ojos negros y es mucho más alto que los otros dos.

La policía llega, ya que parece que alguien llamó.

Ellos salen corriendo rápido de la casa y el de ojos negros mira hacia mi por última vez antes de salir.

¿Quien demonios es? ¿Por qué sus ojos me gustan tanto? ¿Que demonios me está pasando?

Tengo mil preguntas sin respuestas en mi cabeza sobre lo que acaba de pasar.

—¿Que pasó?—Me pregunta uno de los policías que llegaron.

Yo no le respondo

Por todo el salón hay policías y personas hablando sobre lo que pasó. Algunos se fueron ya a sus casas.

—¿Pudiste ver el rostro de alguno?—Me hace otra pregunta el policía, yo tampoco le respondo.

—Pondría dejarla no ve que todavía está en shock.—Le espeta Mack frunciendole el ceño.

El se va suspirando y yo miro a Mack que está a mi lado.

Ella me abraza y yo a ella.

—Ven, vamos a cambiarnos—me dice y yo asiento.

Subimos las escaleras y nos cambiamos de ropa.

Las dos nos acostamos a dormir en mi cama.

Las mismas preguntas siguen pasando por mi mente. También lo que ocurrió esta noche pasa como en forma de película.

Todo lo que pasó me dejó atónita y encima en mi cumpleaños.

Sigo pensando en el ladrón de increíbles ojos negros, y en alguna parte de la noche me quedo dormida.

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Dios mío no.

El calor del sol dando en mi rostro y un fuerte dolor de cabeza me despiertan de mi profundo sueño. Abro un poco los ojos pero los rayos del sol me molestan así que los vuelvo a cerrar.

Después de unos minutos más por fin puedo abrir mis ojos y con la pereza que tengo todas las mañanas me levanto.

La verdad no me sorprende cuando miro para el otro lado de mi cama y no está Mack acostada. Tengo definitivamente que aprender de ella a despertar temprano. ¿Como rayos lo hace?

Me fijo en toda mi habitación y me doy cuenta de que mi portátil no está, así que supongo que se lo llevaron anoche en el robo, y me acuerdo que uno de los tres bajo por las escaleras.

Olvidándome de lo que sucedió anoche voy hacia el baño me tomo una pastilla para el dolor de cabeza y me doy un baño relajante.

En el baño me demoro unas dos horas y cuando salgo me pongo una ropa cómoda que consiste en unos simples jeans y una blusa rosada, me pongo mis converse y bajo a desayunar.

Cuando entro en el comedor veo que están mi papá y Mack sentados muy tranquilos comiendo yo me les uno sentandome en la mesa junto a ellos.

—Buenos días—Dice mi papá levantando la vista de su tablet.

—Hola—Me dice Mack.

—Buenos días—Digo con el tono un poco soñoliento.

—¿Como dormiste?—Me pregunta mi papá.

—Normal—Le respondo cogiendo unas tostadas con mantequilla y jugo de naranja.


El solo vuelve su vista a la tablet.

Y Mackenzie está muy concentrada en comerse su desayuno.

Y así es un desayuno en esta casa. Parece que no hubiera pasado nada anoche todo está devuelta en su lugar, todo perfecto y reluciente ni rastro de decoración o algún artefacto roto.

Mi papá ni está preocupado de nada ¿como hace para olvidarse de todo?

Yo ignoro todo ya que si hablo de lo de anoche a él le va a dar igual, como hace con todo.

Así que bajo mi cabeza y sigo comiendo mi delicioso desayuno.

Dos estrellas muy distintas.Where stories live. Discover now