La misión de Dumbledore

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Era tarde cuando Dumbledore llamó a Harry al dia siguiente.
Harry de inmediato fue en camino a verse con Dumbledore.
La oficina del director estaba como él la recordaba. Fawkes en un lado y el sombrero seleccionador en las repisas llenas de libros.
No se imaginaba a Hogwarts sin Dumbledore.
El hombre estaba observando el pensadero.
Tenía unos frascos dorados a un lado y Harry los miró con curiosidad.
–Harry–dijo Dumbledore–. Bienvenido.
–Profesor...¿qué son esos?
Dumbledore miró a donde Harry señalaba.
–Es...son pensamientos Harry. ¿Recuerdas lo que es esto?
Harry asintió.
–Sí, es el pensadero.
–Exacto Harry. Verás, cuando te lleve a ver a Horace Slughorn, sabia que el aceptaria el trabajo solo con verte. Él es...muy dificil de tratar. Pero va a intentar reclutarte para su club y quiero que aceptes. Haz todo lo que el te diga Harry.
–¿Por que? ¿Qué es tan importante?
–Horace Slughorn fue el maestro de pociones de tu madre, pero también fue de Tom.
–¿Voldemort? ¿Slughorn fue maestro de Voldemort?
Dumbledore asintió.
–Así es, durante esos años...Slughorn le dijo algo a Tom, algo que él puso en practica y debemos averiguar qué es.
–Le preguntamos...
–¡No! Harry, Horace esta muy arrepentido por eso. Se molestaría y arriesgariamos a que no nos diera ninguno de sus recuerdos. Sin embargo, es muy empatico contigo y con alguien más–dijo Dumbledore–. Debo mostrarte algo Harry.
Harry metió la cabeza en el pensadero. Dumbledore le enseñaba a Tom Riddle. Pequeño en un orfanato. Ojos vacios y que hablaba parsel.
–Señor...
–¡De haber sabido en que se convertiría...jamás lo hubiera traido a Hogwarts! Pense que era un muchacho incomprendido y sin amor. Pensé que Hogwarts lo guiaria por el bien...me equivoque Harry. Es culpa mia–dijo Dumbledore.
Harry se quedo callado.
–Profesor...¿cree que Slughorn me de...esa información?
Dumbledore se quedo callado, mirando a Fawkes con curiosidad. Como si nunca lo hubiera visto en su vida.
El fenix parecia estar quedandose dormido.
–Debes ganarte su confianza Harry.
–¿Cómo hare eso?
Dumbledore lo miró.
–Participando Harry, haciendo que Slughorn te adore y que seas su favorito. Que te tenga confianza.
–Profesor...dijo que habia otra persona a la que Slughorn iba a reclutar.
–Sí, su sobrina. Ella es la clave Harry, para acercarte a Slughorn.
–¿Quién es?
–Aylin Hutton, su madre Emeraude es de la edad de tu madre y cursaban en Hogwarts. Slughorn le dio clases a tu madre y a su hermana. Slughorn, quiere mucho a su sobrina.
–¿Aylin?
–Escuche que los dos son buenos en pociones Harry.
–No, no. Profesor, ella es Slytherin.
–En tiempos de guerra, no importa de donde seas. Todos debemos unirnos para vencer a un solo enemigo u estoy seguro de que la señorita Hutton quiere ayudar...
–No lo creo profesor, ella es seguro, una mortifaga–dijo Harry.,
Dumbledore suspiró.
–Harry, no todos los slytherins serán mortifagos–dijo–. Hay algun rastro de bondad en cada uno de ellos. Somos nosotros los que los hacemos creer que son malos.
–Pero...
–Piensalo Harry.

Harry dudaba que Aylin quisiera ayudarlo a vencer a Voldemort. Estaba seguro de que sus padres eran sus fieles seguidores.
Si es amiga de Malfoy, sus padres son mortifagos.
Harry caminaba por los pasillos de Hogwarts pensando en una manera para que Slughorn le dijera algo sin tener que acudir a Aylin por ayuda.
Aunque Dumbledore le dijo que sería mas facil, Harry no estaba seguro del todo.
No queria asociarse con Slytherins y menos con amigos de Malfoy.
Cuando llego a la sala común de gryffidnor, Harry se quedó callado cuando Hermione y Ron preguntaban por su pálido rostro.
–Estoy cansado–dijo Harry–. Solo eso.
Ni Hermione ni Ron le creyeron, pero no dijeron nada.
Cuando estuvieron solos, Harry vio como Ginny entraba llorando a la sala común y subia corriendo. Se le partió el corazón al verla así.
Él odiaba verla llorar.
Hermione le dijo:
–Seguro peleó con Dean.
–¡Chismosa!–gruñó Ron–. Mi hermana esta loca, es todo.
Harry se puso a leer el libro de pociones del principe mestizo y luego se quedo un rato viendo las llamas del fuego.

Serpiente Y LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora