16: Inútil Ayuda

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— Lo sé —dijo Harry—. Pero si eso le hace volver con Tonks, habrá valido la pena, ¿no?

Era evidente la súplica de su voz. Hermione parecía simpatizar con él, Ron se mostraba inseguro. Yo le puse una mano en el hombro.

— Si, si vuelve con ella ojalá haya valido la pena. Jamás pensé... — suspire viendo al suelo con decepción, entendía sus motivos, entendí el odio a si mismo porque una vez yo también me odie a mi misma después de la muerte de papá—. Jamás pensé que mi tío Remus fuera uno de esos hombres que abandonan a sus hijos.

La silenciosa cocina parecía zumbar por la sacudida de la escena reciente y con los reproches no pronunciados de Ron y Hermione. No pude evitar abrazarme a mi misma, viendo la puerta por donde mi padrino había desaparecido, el reino del terror ya había comenzado, los nacidos de muggles eran presas de cazadores, docenas de chicos no podrían entrar a Hogwarts y si estaban en el colegio capaz que cosas les hicieran. Y aun no podíamos encontrar un horrocrux y mucho menos una forma de como acabar con ellos. Mi mirada bajo a mi anillo y Morgana inmediatamente se materializó a mi lado, sacudiendo la cabeza.

— Anwyll, ni lo pienses.

— ¿Que otra opción tenemos? Se esta acabando el mundo— le pregunté, mis tres amigos alzaron la cabeza al ver que desde su perspectiva hablaba sola, yo los vi, suspirando me saque al anillo jugueteando con el entre mis dedos—. Hay algo que no les he mostrado.

— ¿Sobre Morgana?— Hermione preguntó, yo asentí mientras ponía el anillo frente a mis ojos antes de murmurar;

Aliese duru rýne

— ¡Laila no otra vez!— Morgana se quejo haciendo un berrinche como una niña pequeña, el anillo se volvió caliente, tan caliente como la primera vez y lo deje caer al suelo. De la piedra blanca empezó a salir una bruma, mis amigos inmediatamente apuntaron con sus varitas, sin embargo yo me crucé de brazos. Morgana a mi lado no paraba de quejarse y hacer muecas a la vez que la niebla densa tomaba forma en un muchacho como un fantasma borroso y algo transparente que veía a su alrededor confundido hasta que sus ojos se posaron en mi.

— Laila, ¿cuantas voces tienes en tu cabeza?— Ron preguntó incrédulo y con algo de temor, se había vuelto pálido.

— Solo unas cuantas, pero él no forma parte de ella—  hice un gesto sin importancia—. Este de aquí, es Merlín. Y si El Merlín. Ahora les daré un segundo para que lo digieran.

Los tres me vieron como si me hubiera vuelto absolutamente loca, luego veían a Merlín y después a mi. Harry no dejo de alzar su varita, poniéndose protectoramente a mi lado, y los dos otros tampoco y es que bueno, yo tampoco me lo había creído al principio la primera vez;

— Ni siquiera tiene una barba— Ron inclino la cabeza, rompiendo el silencio. Merlín a quien no había visto sonreír, lo hizo, y eso solo hacía ver el chico de 17 años que habia sido, de la misma edad que mis amigos.

— Es lo que yo dije— asentí.

— Estamos frente al mas famoso mago de todos los tiempos ¿¡Y hablas de que no tiene barba?!— Hermione  chilló, estaba paralizada en su lugar—. Laila ¡Como no nos hablaste de esto! ¿Que otros secretos tienes que no nos has dicho?

— Bueno...Ron y yo fumamos un poco de algo muy raro en la sala comun hace unos meses y luego....

— De acuerdo, de acuerdo, cada quien merece su privacidad— mi amigo pelirrojo intervino.

— Veo que sigues siendo el recipiente—  sus ojos pasaron de Ron a Hermione a Harry, y cuando vio a mi novio pude ver la lastima en sus ojos, reconociendo quien sería el que hiciera el trabajo sucio de separarnos—. Eres tú.

Laila Scamander Y Las Reliquias De La MuerteWhere stories live. Discover now