Bueno, no tengo mucho conocimiento sobre eso, mayormente siento que la mayor parte de mi tiempo me dejo guiar por mi intuición y por lo detallista que suelo ser al observar a las personas en ciertos rasgos de su forma de ser, pero, por lo contrario, no creo tener esa habilidad de la que ella habla.

—Realmente no sé si tenga ese don, pero si puedo decirle que sé mucho de flores —ambas reímos.

— ¿Te has dedicado mucho a averiguar sobre la flora? —Hago un gesto con mi cabeza para aprobar eso.

—No me considero experta porque al menos sé cómo sembrar y mantener vivas a las plantas, además que tengo en mi cabeza una variedad de flores con distintos nombres que ahora mismo podría decirle que mi memoria parece un álbum. —Digo con orgullo.

La verdad es que el tiempo en que me quedaba en casa luego de que me case con Phillipe sirvió de mucho para que aprendiera ciertas cosas de las que probablemente nunca les hubiera tomado mucha importancia, ya que una vez que termine por ser una mujer casada y prohibirme seguir con mi trabajo de modelo, tuve que buscar otras pasiones e intereses para poder seguirme entreteniendo en un hogar que mayormente parecía vacío, gris y sin una gota de alegría o diversión. Así que la única prioridad que antes tenía, termino por ser de las últimas cuando me centré a especializarme un poco en la botánica, en la literatura, moda, economía y en artes culinarias; que fue lo que más hizo que olvidará mis malos días para experimentar nuevas habilidades que fui formando y no creí que se me dieran muy bien.

—Pero sé le da muy bien —encojo los hombros ante su comentario.

—Quizás, la floristería para la que trabajo apenas es mi segundo trabajo que he llegado a tener —le cuento.

— ¿Ah sí? —Dice impresionada. — ¿Y de qué trabaja antes?

—Era modelo, pero no de esas famosas de las que identifica de pronto con solo verla en un comercial de televisión o en vallas publicitarias —hago referencia.

— ¿Cuántos años lleva en eso? —Comienza a interesarse.

—Un largo tiempo —intente recordar la edad en que comencé —, quizás tenía unos cinco o siete años cuando empecé a adentrarme más al mundo de la moda, aunque por fotografías creería que empecé desde que era una bebé. —Ella pareció impresionarse.

Y no es que esté mintiendo o intente verme como una persona importante, sino más bien, la persona que parece que quiso que desde pequeña estuviera en la industria de la moda fue mi madre quien desde que cumplí un año, ya me había llevado a una empresa que fabrica ropa para bebés para que la patrocinará, realmente mis memorias de niña no suelen ser dinámicas y llenas de experiencias divertidas que cualquier niño de cuatro a diez años suele tener, lo que mayormente recuerdo es que mi madre tuvo una cierta obsesión de adiestrarme para ser una princesa del modelaje, recuerdo muy bien de los protocolos que me enseñaba, de ciertas academias de talentos que me enviaba para que aprendiera varios destrezas y de cómo me sumergía poco a poco más en concursos de belleza y a buscarme trabajos entre casas de moda o tiendas de ropa para que fuera la figura central de su mercadería.

Hasta en su momento, no me había detenido a evaluar demasiado mi vida, realmente mi infancia y adolescencia tuvo su peculiaridad y si no hubiera sido porque mi padre deseo que al menos terminará la preparatoria, a estas alturas también estuviera fuera del alcance de haber terminado mis estudios cuando mi madre se interesó más por que siguiera adueñándome de mi talento en las pasarelas. Sin embargo, sus esfuerzos porque estuviera a la altura de otras modelos no valió la pena, porque al final, mi carrera se terminó estancando y yo me volví una chica más rebelde, soberbia y malcriada al creerme el ser más importante y hermoso del planeta cuando hay otras que no por edad, sino que por experiencias, destrezas y carácter me superan.

Solo Pide Un Deseo [+18]Where stories live. Discover now