Capítulo 35: La palabras pueden llega a doler mucho

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Irene.

Conduzco mirando el GPS de la ubicación que me mandó hace rato Dante, gracias a dios no está muy lejos, al llegar busco un sitio donde aparcar, una vez estacionado, bajo del coche, andando por la calzada hacia la casa de dicha fiesta. Ya hay gente tirada en el césped del patio borracha, otros se comen la boca apoyados en la vaya de la pared, que caos. Me voy adentrando, encontrándome de frente a mi primo, vestido con la equitación de fútbol del Córdoba (Andalucía), va tambaleándose, agarrado a un chico, al igual que este a él, ambos cantan a pleno pulmón mientras beben y ríen sin parar.

Me fijo en el chico de al lado, está sin camiseta, solo una banda de la misma tela que la parte de abajo cruza su espalda y supongo que también su pecho, no lleva pantalones, si no una especie de falda a la que va amarrada la banda, en sus pies calza una sandalias marrones y su pelo está adornado con una corona de laurel.

Dante...

Me acerco despacio hasta la zona, toco su hombro y se gira mirándome de arriba abajo como siempre memorizándome, va bastante pasado de copas, se le nota en la mirada. Pasado de copas y lo que no son copas...

-Hola -le dedico una sonrisa mientras se dedica a mirarme de arriba abajo, su mirada de para en mis pechos, y acto seguido lleva el cigarro a sus labios, más, se lo quito y lo llevo a los míos, en seguida el sabor a maría se queda en mis papilas gustativas, suelto el humo en su cara y relamo mis labios con cierta sonrisa divertida -ven a bailar conmigo...-susurro al instante sin dejarlo responder.

-Prefiero verte de lejos -traga saliva y me quita el cigarro poniéndolo de nuevo sobre sus labios canosos y húmedos, tan apetecibles como siempre.

-¿Por qué? -paso mi mano lentamente por su torso desnudo.

-Me pones tenso -suelta el humo tras contestar, si que se le nota tenso si.

-Ven con....-no me da tiempo cuando me interrumpe la frase.

-Espera ahora vengo -anda en dirección contraria, apareciendo la chica del hospital, Gia si no recuerdo mal, él la abraza con fuerza al igual que ella a él, mi corazón se quiebra mirando la imagen, me siento en una de las mesas bebiendo mientras los miro, esperando a que el muy imbécil se de cuenta de que me molesta, pero directamente no me mira, ni un solo segundo, ella se le acerca a decirle algo al oído provocándole una risa a mi chico. Ahgg no lo soporto.

Tras un rato, ya pasada de copas y cansada de que me ignore, agarro su nuca girándolo hacia mi.

-¿Qué haces Irene? -frunce el cejo sin entender.

-Bailar contigo...-rodeo su cuello con mis brazos- te extraño...-susurro con un puchero.

-Pero estoy hablando...

-Mírame a mi...-pongo sus manos en mi cadera acercándome a la suya, bailando completamente pegada a él, mientras muerdo mi labio, el lentamente se acerca a mi oído.

-Deja de calentarme, Irene -susurra de forma ronca, erizándome la piel.

-No estoy haciendo nada, solo bailo con mi mejor amigo...-murmuro sobre su oído esta vez yo, él me da la vuelta volviendo a pegar a su cuerpo, mi brazo rodea su cuello mientras mi culo se mueve contra su bulto, mordiéndome el labio, mi cadera se mueve al ritmo de la música.

Pero no tarda en separarse de mí estirándose.

-¿Has visto a Jaime? -me mira a los ojos, pudiendo observar así sus pupilas dilatadas, mierda Dante que estas haciendo.

-No...-frunzo el cejo.

-Voy a buscarlo -me da una palmada en la espalda y se va, miro al suelo suspirando con tristeza, voy a por otro cubata, sentándome en el sofá mientras me lo bebo, el ambiente es bueno, sin embargo, solo quiero irme a casa, no quiero estar aquí y ver a la zo... a Gia, coqueteando con Dante.

Una canción para la historia (T#1) (+18)Where stories live. Discover now