-Estas mal.-dije negando con la cabeza.
-Dime, ¿de que más hablaron?
-De nada.-respondí al instante.
-No te creo.-dijo.- De ahora en mas no te dejare sola ni un segundo.
-Como quieras, de todas maneras ya me estas estresando.
-Y tu a mi.-dijo soltando mi mano.- ¿Ves algún taxi desocupado?
-No.-respondí sin siquiera mirar a la calle.
-Me harte, vamos a alquilar un auto porque esto de andar en taxi, me pone de los pelos.-me tomó de la mano y volvimos a entrar al hotel.- Encima esta este niñito mirándote.-refunfuño. Reí mientras caminábamos hasta el chico.- Necesito que me pidas un taxi.-dijo sin siquiera mirarlo.
-Cole.-lo llamé. Volteó a verme.- No estés enojado.-agregué. Me sonrió.- Dicen que si te enojas mucho, te llenas de arrugas.-carcajeé. Rió.- Eres joven para ser tan cascarrabias.
-Hey, no te pases.-me dijo riendo.
-Listo señor. En veinte minutos estará aquí.-nos avisó.
-Gracias.-le costó decir, reí por eso.- Vamos a sentarnos.- me condujo hasta unos sillones negros.
-¿Qué película veremos?-pregunté.
-No lo se, hay que ver que están dando.-me dijo.
-¿Sabias que aun no desayuno?-le dije.- De verdad que muero de hambre.
-Ya vamos a comprar algo.-me dijo y se apoyó en el respaldo del sillón.- Yo también tengo hambre.
-Antes de ir al cine, ¿comeremos?-pregunté.
-¿Tu que crees?-me dijo. Reí.
-De todas maneras, me compraras palomitas de maíz, ¿verdad?
-Depende como te comportes durante el almuerzo.-me condicionó.
-Hey.-le reproché frunciendo mi nariz.
-Hey, tu.-me dijo. Reí.
Nos quedamos callados por un rato y luego lo sentí suspirar sonoramente. Me recosté sobre el respaldo al igual que el y lo mire.
-¿A dónde quieres ir de luna de miel?-me preguntó. Se me hizo un nudo en la garganta.
-No se.-respondí observando como su cabello tenía pequeños reflejos rubios.- No conozco mas que Nueva York y México así que es lo mismo.-le sonreí.
-¿No conoces America del Sur?-preguntó. Negué con la cabeza.- Es muy lindo.-concluyó.- De todas maneras, depende a que parte vayas, como a cualquier lado.-sonrió.
-Si.-respondí perdida en sus ojos.
-No me estas escuchando, ¿verdad?-dijo entre tiernas risas.
-Si, si estoy escuchando.-le sonreí.- Me gustan tus ojos.-confesé sin vergüenza alguna.
-Gracias.-me dedicó una sonrisa.- A mi me gustan tus labios.-fue su turno de confesar.- Y mas cuando callas y me besas.-admitió. Sonreí. Pronto eliminó los dos centímetros que habían entre nosotros y estuve agradecida, porque de no ser por el, nunca probaría esos labios.
-Cole...-dije cuando nos separamos. Fui interrumpida.
-Ya esta el taxi en la puerta.-avisó Duncan. Le dedique una sonrisa y Cole me fusilo con la mirada.
-Gracias.-se levantó del sillón y me tomó la mano con brutalidad.- ¿Cómo no va a coquetearte si tu haces lo mismo?-dijo cuando subíamos al taxi.
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La Bella y la Bestia
Teen FictionQue feo es cuando la persona que más amas es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con u...
Capitulo 26
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