—¿Hace cuánto no te llega tu período? —se acercó a mí, ahora con una mirada preocupada.

Yo me senté en la cama, volviendo a negar con la cabeza repetidas veces.

—Soy irregular. Me puede llegar en dos meses o hasta en medio año. Además, estoy cuidándome, no es eso que piensas —solté una risa.

—¿Pero se corría dentro de tí?

—¡Oh por Merlín! ¿Hola? ¡Sigo aquí! —Exclamó Albus a nuestro lado, mientras se llevaba sus manos a cada lado de su cabeza, sin poder creer lo que estabamos hablando.

—¿Y?

—Bueno, sí, pero me cuido-

—¡Esme! Esas cosas pueden fallar, tienen un margen de error muy pequeño, pero está. ¡Y no me sorprendería que fueras ese dos por ciento que tiene mala suerte!

Me quedé callada, pensando en lo que estaba diciendo.

No, definitivamente no me pasaba eso. Yo me daría cuenta si hubiera algo dentro de mí.

—No creo —dije yo, encontrándome con la mirada atónita de Albus hacia mí.

Nos habíamos quedado en silencio los tres, cada uno en su propio mundo pensando.

—Nunca estaría de más tirarte por las escaleras, para quitar las dudas digo yo —Jade habló después de un rato.

—Eso es realmente tonto —dijo mi amigo, cruzándose de brazos mientras me miraba, esperando a que yo estuviera de acuerdo con él.

Pero yo simplemente mantuve mi mirada en él, pensando en todas las posibilidades de por qué me sentía así.

—¡Y lo estás considerando! —exclamó mi mejor amigo, incrédulo.

—No, claro que no. Deja de ser tan exagerado —miré a Jade, suspirando mientras trataba de calmarme—. Te puedo asegurar que no estoy embarazada. Además, me dijo que también tomaba algo para eso.

—¿Por qué estamos hablando de la vida sexual del señor Malfoy? —preguntó Albus, aún con una mirada asqueada en su rostro.

Ignoramos cada queja de su parte, y seguimos hablando entre nosotras hasta que él se calló. Al cabo de un rato, Scorpius llegó a la habitación, entrando con un frasco color transparente que llevaba un líquido dentro.

—Hola, te traje una sopita —me sonrió, sentándose a mi lado mientras dejaba su bolso en el suelo de mi habitación—. ¿Jade? Pensé que tenías que ir a hablar con la profesora Slughorn —frunció el ceño hacia ella.

Ella de inmediato abrió los ojos, agarrando su bolso y asintiendo repetidas veces.

—Mierda, sí, sí —comenzó a decir, caminando de inmediato a la puerta de mi habitación—. ¡Vuelvo después! —avisó, sin esperar una respuesta por parte de ninguno de nosotros.

Albus me miró a mí, antes de llevar su mirada a Scorpius repetidas veces. Sabía lo que estaba pensando, y sabía que se seguía sintiendo mal por guardarle un secreto tan grande a nuestro mejor amigo.

Y también sabía que no iba a pasar demasiado rato antes de que inventara cualquier excusa para irse de ahí.

Sí, podía amarme mucho, pero siempre se encargaba de dejarme en las situaciones más incómodas sólo para él ahorrarse un momento de tensión.

—Esme, ¿por qué aún no vas a enfermería? —me reprochó Scorpius, llevando su mano a mi frente para tocarla—. Y sigues ardiendo —repitió las mismas palabras que Jade había usado anteriormente, pero sólo me limité a sonreír.

Alluring | Draco Malfoy ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora