Capítulo 5

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"fantasía"

(donde todo empieza de nuevo)

Sobre sus camas estaban ambos hermanos, era la hora de despertar, la alarma del reloj sonaba, aquel pitido taladraba los oídos del mayor, el único que parecía escuchar la bendita alarma y dignarse a apagarla, quedó erguido en el borde del colchón viendo al suelo durante cortos segundos, reaccionando solo ahora que estaba despierto, por algún motivo Natsu sentía algo presionando su pecho con fuerza, estaba demasiado emocionado como para ser tan temprano, los recuerdos anteriores quedaron en su mente, lo que pareció tan real que aún se sentía en la yema de sus dedos.

Inmediatamente fue a levantar a su hermano gemelo, zarandeando un poco su hombro con tranquilidad.

— Despierta, Iori — Susurró suavemente ante su oreja.

El menor tembló por unos segundos, abriendo los ojos con pereza después de chasquearle la lengua a quién interrumpía su letargo.

— De nuevo, a la escuela, apúrate. — Con supuesta ternura, el gemelo mayor posicionó sus labios en la oreja de su hermano, dejó salir su respiración al mismo tiempo en que jugaba a hacerle leves cosquillas. — Si no te levantas sabes lo que pasará...

Como si hubiera sido algo impactante Iori se levantó de golpe, empujando su cobija con él hacia delante, vió a su hermano quien mantenía una sonrisa recta en su rostro, Natsu solamente lo veía como esperando algo de él, tenía el cabello desordenado, con algunas marcas rojas en el rostro seguramente por dormir apoyado de ese lado.

— ¿Qué hora es? — Natsu tuvo un dejavú a esa pregunta proveniente de su hermano. — Quiero ver si alcanza a hacer el desayuno.

— A penas y son las siete. No deberías preocuparte. — Natsu soltó una risita entredientes, luego como si nada sostuvo la mejilla de su gemelo, observándole claramente con otros ojos que no era de amor familiar. — ¿No quieres disfrutar la mañana un poco...?

El calor del mayor era obvio, actuando como mismo adolescente hormonal.

Pues la temperatura cálida de su palma hizo conectar por un par de segundos sus miradas, era prácticamente un espejo, solo que uno se veía más intimidante que el otro, sin embargo, el juego que se traía Natsu entre manos fue rechazado por su relacionado, apartando la vista frunciendo el entrecejo claramente.

— No quiero. — Soltó, obteniendo en Natsu una reacción de confusión que lo hizo alzar una ceja. — Ahora no, así que mejor alistémonos para irnos a la escuela...

Natsu vió como su hermano rechazaba su beso matutino, se levantaba y se iba en dirección al baño de la misma habitación, después escuchando como abría la llave del lavamanos.

Tal vez aquel sueño de hace un rato lo dejó mareado más de lo habitual, no entendía el porqué del rechazo tan repentino, hasta donde él supiera el hermano pegagozo era Iori, por esa misma razón, era extraño para él, algo lo suficientemente fuera de lo común, como para medio molestarle más no arruinarle la mañana.

Siempre habían sido ellos dos, no tenían madre, y su padre se iba temprano, y había veces que incluso no volvía ni si quiera a dormir a la casa, sin embargo, los gemelos estaban acostumbrados a esta actitud desde que tenían cinco años.
Y esta vez parecía que la presencia del adulto también faltaba.

Después de un rato, Iori salía del baño con una toalla envuelta a la cintura, aún caía un poco de agua de sus hombros y cabello, su espalda completamente común flexionándose cuando buscaba en sus cajones algo de ropa interior para ponerse.

— Hoy estás un tanto callado, eh. — Como sea, pensó Natsu antes de tomar una toalla y meterse a la habitación de baño. Tal vez en sus palabras había un tono tosco no intencionado.

Según Natsu ese día, no era un día malo, si no mal recordaba ese día iba a poder interactuar con su amor por unas movidas que iba a ver en la clase, tal vez eso explicaría el sueño tan loco que tuvo, con esa historia tan vaga que solo daba a fantasías.

Sin embargo aún seguía pensando en su hermano, era de cierto modo él mismo, pero a la vez veía a otra persona totalmente distinta que lograba hacerlo reaccionar, incluso en una manera sexual.
Mas no le metió tanta mente a pesar de que en él las hormonas comenzaban a trabajar en sus partes bajas, si no fuera por el agua fría, tal vez estaría ocupado un par de minutos más.

Cerró la llave, y se secó el cuerpo mucho mejor que su hermano, no quería mojar el piso, así tampoco debería secarlo después.

Fuera su hermano acomodaba su cabello en frente del único espejo que colgaba en la pared, usando una peinilla de cerdas delgadas, no pudo perder la oportunidad y lo abrazó por detrás, el menor reaccionó a pesar de que lo había visto a través del reflejo.

— Hoy hueles bien. — Le dijo Natsu.

— Huelo igual que siempre, encima usamos los mismos cosas, inteligente. — Soltó Iori, haciendo que Natsu pusiera una exprés de "obvio".

— ¿No puedo alagarte?

— Al menos practica mejor tus halagos, hermano. — Rió él sonrojándose, una cualidad común en él gracias a su piel pálida. — Ahora déjame terminar de arreglarme.

Natsu chasqueó la lengua, no se movió ni un pelo, simplemente miró hacia otro lado haciendo un supuesto berrinche, viendo Iori que su gemelo no reaccionaba decidió pinchar sus brazos para ver si así lo lograba, solo exaltándole pero sin obtener nada en cambio para que lo soltara.

— Auch, auch, duele. — Natsu se hizo el ofendido.

— Seguiré si no me sueltas

— Vamos, solo un rato más, encima hace un rato rechazaste mis besos, ¿qué clase de hermano hace eso?

Natsu seguía hablando, poniendo querellas ante la situación, mientras Iori serio miraba el reflejo de su hermano en el espejo, un poco inconforme, o tal vez otro tipo de sensación que no sabía describir y que recientemente se había aparecido.

— Ya te dije que no, suéltame. — Continuó pellizcando los brazos sin resultados. — ¿qué debo hacer para que me sueltes?, a este paso mojarás todo mi uniforme.

— Solo un beso, eso pido. — Iori volvió a tensar la mirada al oír las palabras de su hermano. — Después me largo y no molesto más.

Natsu le sonrió inocentemente, como si fuera nuevamente un niño pequeño que hacía travesuras, él esperando a su hermano apretó más su amarre alrededor de su cintura, que es por donde lo tenía agarrado.

Finalmente se vió a Iori acceder a regañadientes, Natsu contento sintió la calidez de los labios ajenos, parecían validar cada sentimiento en su corazón, en donde su vellos se erizaban ante las cosquillas que un simple beso le podía generar, no conforme a lo poco que hacían tentó con su lengua la línea que separaba los labios, este músculo rozó los dientes de Iori, quen sintió que tembló en su abrazo.

Tras insistir en qué quería meter su lengua dentro y realmente sentirlo, obligado Iori combinó la lengua suya con la de su hermano.

La saliva aún con el sabor a menta de la pasta de dientes, fresco como la mañana de ese día, un beso profundo que planteaban, chupando hasta hacer resonar sus almas en conjunto unísono, tal eróticos sonidos que Natsu escuchaba le brindaban según él la energía para continuar, pues besarse con Iori era excitante para él, los labios tan deseables que en cualquier momento podría morder.

Ya complacido lo soltó, viendo como su hermano tapaba con el borde de mano sus labios, totalmente avergonzado, Natsu parecía contento, y se giró a vestirse como lo había hecho su hermano hace un momento con su uniforme.

El día recién empezaba y dentro de al menos la mente de Natsu prometía ser un buen día.

Continuará...

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Ea, me tomó menos escribir esto de lo que pensé, tal vez porque eran unos personajes muy sencillos de manejar yo que sé.

Si prestaron atención a leves detalles tal vez entiendan de qué van más o menos los siguientes capítulos, igual acepto teorías y sugerencias 😘

Y recuerden separan ficción de la realidad, bye.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2021 ⏰

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