Capitulo 34: Una rosa blanca

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Y ahí estaban hoy, entrando a una sala, del hotel más caro de la ciudad, que estaría repleta de gente disfrazada.

-Señores –nada más entrar un camarero se acerco mostrando una bandeja con copas

-Gracias –Ángel tomo dos copas de vino y ofreció una a Mireya –No te será difícil localizarle, siempre viene con un antifaz y ya. No he conocido tío mas soso.

-¿Mireya? –nada mas oír su nombre, reconoció la voz de la mujer que lo había pronunciado.

-¿Pamela? –se giro observándola sorprendida y aun se sorprendió mas cuando la madre de Mark se abalanzo sobre ella, abrazándola con alegría.

-Estas preciosa querida –se alejo observándola con una sonrisa -¿Dónde está Mark? ¿Le has convencido para que se disfrace?

-Hola Pamela –Ángel le sonrió

-Ah, hola Ángel –Ella frunció el ceño un momento –Me alegra verte

-Creo que ya estas sacando conclusiones ¿no? –Ángel suspiro –Mireya viene conmigo

-Pero ¿y mi hijo? –los observo confundida

-Mark termino su… -trago saliva despacio –Mark termino su contrato conmigo hace tiempo.

-¿Qué? –la sorpresa se reflejo en su rostro, seguida de la decepción. -¿Estas segura de que…?

-No podría estar más segura –Mireya sonrió con tristeza

-Pero yo pensé que….-parecía no lograr reaccionar con la noticia

-Tu y todos lo pensábamos –Ángel se encogió de hombros –Pero tu hijo es un idiota Pamela

-Buenas –Cati apareció en ese instante y sonrió a Mireya –Enhorabuena querida, mi esposo me comento que están gratamente sorprendidos con las propuestas que hiciste para la campaña. No saben por cual decidirse.

-Ya les dije que era la mejor publicista que podíamos encontrar –Ángel hablo con orgullo

-¿Publicista? –Pamela fijo la vista en Mireya

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