-- Tú padre, es un cabezota. Entiendes?-- dijo Mezquive.
-- Mamá. No digas eso.
-- Ve a verle. Ahora la tienda, es un albergue. Pero claro, el no tiene la culpa de nada. Ahora, toda la culpa, es culpa mía. Toda mía. Siempre mía.
-- Se ofendió mucho, cuando no se lo contaste.
-- Pero...si pensaba decirselo. Que culpa tengo yo, si la gente, fue más rápida?
-- La verdad, mamá. Cómo es que no te entiendo? Como permites que los cotilleos del barrio, arruinen una relación por la que has luchado toda tu vida? Como es posible?
-- La culpa, es suya.
-- No digas eso, mamá. Seguro que también, él lo está pasando mal.
-- Estás comprando, si papá ha venido? -- preguntó interrumpiendo.
-- No quiere, verdad?
-- No...No quiere. Le he dicho, que no sucumbais, pero no quiere.
-- Habéis acabado?
-- Así es. Ha pasado, otra vez. Mamá, espero que no te moleste, pero...a mí, me ha perdonado. Claro, que yo soy su hija pequeña. No puede enfadarse, conmigo.
-- A mí, me da igual, si quiere venir, o no. Me da igual. Sino quiere venir, pues que se quede allí. Por amor, de Dios. Claro, que tu eres su hija, y por eso, te perdona. No va ha pagar, nuestro enfadado, contigo. Está bien. Que haga, lo que le de la gana. A mí, me da igual. Estaría bien. Qué se quede, en la tienda. -- se levantó de la mesa, y se fue.

-- Creía que me iba a pegar, y todo-- le dijo ella, a su hermana.
-- Te das cuenta, Sanem? Su amor, ha durado muchos años. Y ahora, se está derrumbando.
-- Lo sé.
-- Eres la única, que has encontrado el amor verdadero. Mientras los demás, sufrimos.
-- Sí...he encontrado el amor verdadero. Tu también, lo harás. No cierres la puerta, del tuyo. No pierdas, la esperanza.
-- Hoy he visto, a Aylim, y a Embre, besándose. En el despacho, de Embre.
-- Besándose? Qué pasó? De verdad?
-- Sí...
-- Como pueden besarse, en la oficina? Eso no es ético. Deberían darles, vergüenza.
-- Eso creo yo. Vale, que no me respete a mí. Pero que hay, de toda la gente, que trabaja ahí? No merecen, respecto?
-- Sí.
-- Es desohonrroso. Sabes Sanem? No sabía que Embre, tenía tantos defectos. Por eso estoy, tan enfadada. Por eso, he tomado una decisión. A partir de ahora, solo estaré con gente, que me aprecie, y me respete. Por ejemplo; creo que le de una una oportunidad a Osman.
-- Lo dices, en serio?
-- Pues sí.
-- No me tomes, el pelo!
-- Hoy he salido, con él.
-- Me gusta mucho, Osman. Estoy muy contenta, de que salgas con él. Me alegro mucho, por ti.
-- Lo hemos pasado, bastante bien.
-- Oh...Leyla. Espero que seas, muy feliz.
-- Espero que sí, hermana.
-- La verdad...es que yo también, tengo algo que contarte.
-- Y qué es?
-- Yo...acepte de entregarle, mi perfume a Fabryk, para que retirarse la denuncia. Y devolvía, todas las acciones, a la agencia. Lo hice, para salvar a Can. Pero ahora Aylim, ha entrado en la empresa.
-- Sabías que entregarias, las acciones?
-- Claro que no. Fabryk, me engañó.
-- Y si Can, se entera, que?
-- Aquel fue mí error, al ocultarselo. Pero creeme. Lo he hecho, por el bien de Can. Te aseguro, que cuando llegue el momento, me sincerare con él, y le contaré toda la verdad. Le contaré, todo a Can.
-- Sí...Tienes que decírselo. Pero no, ahora. Cuando las cosas se calmen, ya encontrarás, el momento. Además...Lo has hecho, por una buena causa. Verdad?
-- Sí. Sólo quería protegerle.
-- No te preocupes.
-- Oh...Estoy muy nerviosa. -- al entrar en su habitación, ella coge un cofre y la abre. Después, coge una caja de lata, y también la abre y empieza a buscar algo...su perfume, y llorando, empieza a prepararlo.

-- Aún estás trabajando? Cómo estás? -- preguntó Embre, al llegar.
-- Sí...Estoy trabajando. En la presentación. Mañana tiene que estar listo, y estoy comprobando, que no halla errores.
-- Oye, tienes que descansar. Seguro, que no has dormido nada, esta noche.
-- Claro que no. Cómo voy a dormir, en ese antro?
-- Bueno...Cómo estás tú? No hemos podido hablar.
-- Yo estoy bien, pero...las cosas cambian, muy rápidamente. Primera teníamos que deshacernos de Fabryk, y ahora, tenemos a Aylim. Aunque...mejor ella, que Fabryk. Si ella, no hubiera recibido las acciones, no hubiéramos seguir funcionando como empresa.
-- Sí, tienes razón. Pero todo esto, me da mala espina, Embre. Que Fabryk...haya retirado la denuncia, y que haya transferido las acciones...es muy extraño. Vi en sus ojos, cuánto me odiada. No creo que se haya rendido, tan fácilmente.
-- Hermano...Estamos hablando, de Aylim. Seguro que...encontró un fraude suculento, y lo chantajeo y no es de fiar. Recuerda lo que te dijo Magkinon, durante la cena.
-- No lo sé, Embre. Que Fabryk, retirarse la denuncia, contra mí, es algo, que me sorprende mucho. En fin...En todo esto, hay gato encerrado. No me fío, ni un pelo.
-- Tienes razón. Pero no te preocupes...Lo averiguare. Deja que Aylim, se quede con nosotros, un tiempo.
-- Con nosotros? Te refieres, a que se quede con nosotros, en la agencia? No me fío, de ella.
-- No es eso, Can. No es para siempre. Tan solo, será algo temporal. No te preocupes. Yo me encargaré, de arreglarlo todo.
-- Vale, de acuerdo. Tú te encargas. Pero no creo...que debas confiar, en ella.
-- Tranquilo...No lo haré.
-- Ah, bien. Me voy a la cama. Buenas noches.
-- Buenas noches. Qué duermas, bien.
-- Eso seguro.
-- Uuff.

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