—¿Tu crees?

—Eres un chico divertido y agradable. Solo la indicada lo valorará.

P'Tay rodea mis hombros con un brazo. Acercándome a su pecho mientras pellizca una de mis mejillas. Estirandola de sitio. —¿Quién se perdería eso?

—Ay, P'Tay.— Dejo ir un quejido de dolor ante el pellizco. Él ríe antes de soltarme.

OFF

Sin que ambos se den cuenta los estoy vigilando tras unos arbustos. Es increíble la manera en que un pelaje puede camuflajarse con los arbustos. Después de todo los pelajes en greñas parecen los picos puntiagudos de alguna montaña. Mis ojos permanecen mirando sus figuras bajo la oscuridad de la noche. Ese leñador se ve apetecible. No me quejaría de probar su carne, tener su sangre entre mis colmillos, pero no luce tan apetecible como el de la capucha roja. Su carne exterior luce tan suave. Tan exquisita.

Emití un gruñido en bajo por no haber cazado a ese tal Laikorn. Es peligroso... Pero eso solo hace que mi cacería sea interesante. Es de noche y por tal yo también merezco un descanso así que salí de ahí.  Corriendo con estas patas que todo lo puede matar. Que todo lo puede pisotear. Incluso la más hermosa flor cruje debajo mío y se hunde en la nieve que la lleva a la otra vida.

Puse patas en mi hogar, una única cueva que encontré alejada tanto del bosque como de la ciudad. Esta era un punto medio entre ambos lugares. Su oscuro interior simplemente espanta a cualquiera, los huesos que se encuentran por ahí y allá a veces crujen bajo mis patas. Todas las comidas, todas mis cacerías, son los adornos que se encuentran en este reconfortante hogar.

Tras ingresar, dar unos pasos más en su interior, hasta la abominable pared que te alerta "No hay salida una vez entres", los huesos de mi cuerpo comienzan a crujir. Un chillido escapa de mi hocico a la vez que caigo sobre mi estómago. Ni el pelaje de este cuerpo era tan frondoso como para no revelar el asqueroso doblez de los huesos. Estos se doblaban de arriba, de abajo, luego sobrealían por esta asquerosa carne de lobo.

Hasta que salí como un extenso vomito de su, ya roto, hocico. En el suelo a un lado de esa monstruosa carne de lobo quede acostado. Esta metamorfosis es agotadora, pero al menos puedo ser humano durante el día y fuera de la luna llena.

Completamente desnudo y sucio, me senté en mi trasero, mirandolo todo con estos ojos rasgados asiáticos. Estos labios de apariencia humana eran pomposos. A veces hasta sentía que ellos cubren más de mi rostro de lo que puedo contar aunque cuando fui capaz de verme en el pequeño espejo de una mujer a la que me comí... Note que eso no era cierto. Que eran pomposos pero normales. Mis cejas son gruesas y con ese pequeño espejo...

Volví a coger el pequeño espejo circular a una esquina para mirar mi apariencia. Saque las garras de una sola mano para apuntar una garra entre las cejas.

Puedo afeitarme las cejas si es necesario. Aunque de todos modos no me veo con humanos a menudo.

Sin embargo, humanos merodeando en este bosque es algo muy inusual. De seguro están buscando algo o alguien... Si es a alguien... Entonces debe haber una casa muy lejos de aquí. Puedo darme un paseo a ver. Sería interesante. Además, eso significa que habrá más comida. Mucha más comida. Con una sonrisa siniestra dado a esos pensamientos, la garra baje de mi entrecejo para mirar el pequeño espejo con estos ojos humanos de color negro.

GUN

Acabamos dormidos tanto al lado de la fogata como de los troncos. Abrí mis ojos por los pájaros que trinan en la mañana. Al abrirlos con un gruñido madrugador puedo ver a Tay dormido súper cerca de mí. Incluso puso su amasado brazo bajo mi cabeza para mi conforte. Parpadee varias veces porque no podía recordar cómo terminamos en esta posición. Cómo termine con la cabeza sobre su brazo. Además, ¿no le duele? ¿No se le habrá adormecido? Dios, Hace tanto frío. La fogata ya fuego no tiene solo un humo negro que brota de el.

𝐑𝐎𝐉𝐎: ATADO AL LOBO (OFFGUN + TAY)Where stories live. Discover now