🐺

Preparé una canasta de frutas y al viaje me lance junto con Tay quién se llevo una hacha por protección. Caminabamos por el bosque ahora mismo. Pasando por al lado de un lago.

-¿Mi ropa está bien?- Pregunte con nervios. Deteniendome todo de repente. Me abrí de brazos para dejar ver mi sucia camisa, mis sucios pantalones y mis botas.

-Yo digo que estás bien así.- Tay dice antes de proseguir caminando.

-No me mientas.- Le amenace con un dedo.

-No lo hago.

Reí con él mientras seguíamos caminando. Nos adentramos al área de arbustos cuando algo escucha mi mejor amigo que lo hace pausar, ponerme detrás de su protectivo brazo y mirar atento a sus alrededores.

-¿Qué sucede--?- Voy preguntando, pero me calla diciendo «Shh».

Sigue mirando a sus alrededores. La manera en que su mano no hace más que aferrarse a la hacha no es buena premonición. A medida que pasan los segundos se me pega la manía de mirar a nuestros alrededores. Pero no hay nada ni se escucha nada.

O eso pensé.

En unos segundos apareció lo que fuese que había escuchado Tay. La criatura voló a Tay por los cielos de un fuerte empujón.

-¡Tay!- Grité, pero su cuerpo chocó fuertemente contra un árbol y al suelo cayó.

-¡Oh por Dios!

La criatura posa frente a mí para impedirme el paso. Es un hombre lobo de siete pies de alto con las patas dobladas y pelaje negro. Unos músculos temibles y un cuello más ancho que el tronco de un árbol. Sus orejas súper puntiagudas, sus ojos intensamente amarillos. Ellos escanearon mi cuerpo.

-Por... Por favor...- Súplique. Retrocediendo unos pasos. La criatura comenzó a acercarse a medida que retrocedía.

Más, más, más .

Hasta que quede acorralado contra un árbol. La textura de este me hizo mirar atrás con miedo antes de realizar lo que era. Volví a mirar al lobo enfrente de mí. Son conocidos como depredadores, sí, pero también como dueños de esclavos sexuales o simplemente cazan por comida.

-Por favor...- Rogué de nuevo aunque su temible figura ya estuviese acortando todo espacio entre nosotros. Su hocico abrió con extensas largas de saliva conectadas del labio inferior al labio superior. Tras e alrededor de esas extensiones salivosas se revelaban unos aterradores colmillos desgastados. Seguramente de no lavarse la boca.

-¡No, no, por favor!- Busque sigilosamente cualquier rama que el tronco atrás de mi tuviese. Lleve mis manos de arriba a abajo, de lado a lado, sin mover mi cuerpo entero para no ser obvio o se daría cuenta incluso tratando de comerme. Cualquier movimiento que incluyera mis piernas, cabeza o abdomen, me delataría.

Rebuscando encontré una rama. Así que me aferre a ella con todas las fuerzas posibles. Agarrándola como si mi vida solo dependiese de ella. La criatura acercó s hocico para comerme sin piedad.

-¡HE DICHO QUE NO!- Por alguna razón deje de sonar asustado, atreviendome a mirarlo a la cara. Entonces mágicamente, lo que nunca, unas ramas de hojas brotaron del tronco que hojas no poseía.

𝐑𝐎𝐉𝐎: ATADO AL LOBO (OFFGUN + TAY)Where stories live. Discover now