Deku

Reencuentro

-¿Terminaste los informes? -el albino llegó con una taza de café la cuál dejo sobre el escritorio.

-No, es mucho, ya no quiero. Me están dando jaquecas -se quejo tomando la taza para darle un sorbo- ¿Qué tal el patrullaje?

-Podria ser peor -se dejo caer sobre la silla frente a su hermano el cual había vuelto a dejar la taza a un lado para enfocarse en su computador- por cierto... Dynamight volvió -canturreo con una sonrisa notando como Shoto detenía sus movimientos.

-¿Cómo sabes? -alzo la mirada sobre el computador prestando su total atención a su hermano mayor, el cual mantenía su sonrisa arrogante.

-Deku-. No recibió respuesta alguna, pero el semblante de su menor era más que suficiente para saber que estaba pensando-, deja, yo acabo.

-Gracias.

Vio como su hermano salía de inmediato por la puerta; Midoriya lo había llamado previamente, ambos se habían puesto de acuerdo para verse en una tienda y comer algo mientras Izuku le contaba como Katsuki había vuelto de su misión. La realidad es que Touya no era fan de aquel rubio cenizo, no le agradaba su carácter, pero su hermanito lo quería, le gustaba aquel chico y él no podía hacer nada para evitar aquello, por lo que ambos se habían puesto de acuerdo para que ambos se reencontrarán.

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Shoto cambio sus ropas usando sus ropas de civil habituales, saco su celular revisando este para buscar el contacto de aquel rubio explosivo. Marco el teléfono y después de un par de tonos el héroe respondió, intercambiaron un par de palabras, no mucho en realidad, solo lo suficiente para acordar verse en la casa del cenizo.

Shoto cubrió su rostro para no ser reconocido, no era fácil ser el héroe numero tres y al mismo tiempo ser el hermano menor del héroe numero cinco. Asi que para evitar ser reconocido en las calles el joven uso una gorra y un cubrebocas; subió a su auto y al poco tiempo el chico estaba frente al edificio, subió al quinto piso y busco el apartamento hasta llegar a la puerta con el pequeño letrero 'E1', tocó un par de veces hasta que escucho como el cenizo abría la puerta.

-Hey, bastardo, ¿Me extrañaste? -aquellas característica sonrisa arrogante adornaba su rostro, Shoto no se contuvo y abrazo al rubio con fuerza siendo correspondido al instante- creo que eso es un si.

-Engreido -respondio en un tono bajo contra la mejilla del cenizo.

Con el paso del tiempo ambos habían crecido, a la edad de 23 años Shoto había alzanzado una altura de 1.86 centímetros, de contextura musculosa, algunos piercings adornaban sus orejas y mantenía su cabello corto undercut. Bakugo había alzanzado los 1.80, de contextura igualmente musculoso, siendo su cuerpo bastante torneado y llegando a tatuarse el torso por una apuesta.

-¿Algun problema con eso, bastardo? -pregunto una vez dejo pasar al bicolor a su apartamento- hice soba, solamente porque tenía mucho sin verte.

-Ves como si me amas- dijo en tono de broma sin notar como el rubio se sonrojaba desviando la mirada- ¿Qué tal tu misión?

-Fue pan comido para mí, después de todo soy el jodido mejor héroe del mundo -sirvio la comida dejándola en la mesa, Shoto se limito a ayudarlo a servir las bebidas- ¿Y tú, hubo trabajo aquí?

-Mentiras, ese es Midoriya- nuevamente aquellas burlas habituales estaban presentes, el cenizo lo observó con los ojos entrecerrados haciéndolo reír -lo habitual, robos, uno que otro conflicto interno, un par de villanos, patrullaje, informes. Lo habitual.

-Te has esforzado -Bakugo acaricio sus cabellos antes de sentarse frente a el chico para comer.

-Igual que tú. Estoy orgulloso de ti.

Nuevamente sus mejillas se sonrosaron, un sentimiento de calidez inundó el pecho de Katsuki ante aquella corta frase, frase que Shoto solía decirle cada que hacia una misión correctamente o notaba como se esforzaba, aquellas palabras que tanto había deseado escuchar de sus padres pero nunca se las habían dicho, en cambio, aquel bicolor solía decírselas con tanta frecuencia que poco a poco se había ganado un lugar en su ser, aunque aún no era consciente de aquello.